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lunes, 30 de septiembre de 2019

Tulipán rojo......Esther Benito Molano*

Mención Especial del Jurado del III Concurso Litteratura de Relato

Once de abril. Otro tulipán más. Desde hace dos años, este día no dejan de llegar esas flores. Y ¿por qué será? En todas pone el nombre de mi abuelo como destinatario. ¿No será que tiene una admiradora secreta?... Dispuesta a acabar con mis dudas, he decidido preguntarle:
Abuelo, ¿a qué se deben tantos tulipanes rojos?
Silencio. Su rostro, como siempre. Ni una leve sonrisa, inexpresividad. ¿Le habré hecho algo para que se muestre tan serio? Más silencio.
¿Sabes qué día es hoy? ―de repente, una voz. Grave y temblorosa, como lo ha sido siempre. Hoy es once de abril. El día mundial del Parkinson. Y hoy, hace algo más de cuatro años que me lo diagnosticaron.

domingo, 22 de septiembre de 2019

Ciertas transmigraciones......Maximiliano Sacristán*

Finalista del III Concurso Litteratura de Relato

Foto: Jacob Jordaens, Diógenes buscando a un hombre honesto
Me gano la vida como sereno en una fábrica, y anoche se me ha roto la linterna. Herramienta de trabajo, que se dice. Así que al regreso, en vez de acostarme a dormir, salgo a buscar algún tallercito que la repare. Avanzo por la vereda oeste, la del lado del sol. De repente, un tipo que me cruza por la de la sombra me observa un instante, sonríe y me grita, jovial:
―¡Adónde va con esa luz en pleno día, don Diógenes!
Yo observo mi mano derecha aferrando el aparatoso cilindro de guardián y recuerdo la famosa anécdota. Para completarle la chuscada, le replico al extraño con una sonrisa de connivencia:

sábado, 14 de septiembre de 2019

Huida......Paola Andrea Rinetti*

Finalista del III Concurso Litteratura de Relato

Foto: Guillermo del Toro, El laberinto del fauno
Se apartó las ramas del rostro, arrancó los pastos de raíz y salió de los tupidos arbustos en los que se encontraba. Se dejó caer boca abajo sobre el raso césped y guardó silencio.
Estaba descalza y con ropa de cama. Tenía notables marcas y raspones en sus brazos y manos, y las plantas de los pies magulladas. El sol ya había caído. La altura de las hierbas superaba mucho la de ella, por lo que la falta de visibilidad le hizo perder la noción del paso del tiempo.
Oyó que las hierbas se agitaban. El grave sonido de las secas y resquebrajantes hojas restregándose entre sí la precipitó. No la había perdido de vista. Continuaba acercándose.

viernes, 6 de septiembre de 2019

Ponerse de moda......Mamen Monsoriu*

Mención Especial del Jurado del III Concurso Litteratura de Poesía

Foto: Página de la autora en Facebook
Debería ponerse de moda darle la vuelta al mundo
                                                    en ochenta versos.
Saber que el superior es el ser, y nunca el humano.
Tener la primera palabra. 
Evitar la última.
La independencia física.
La emocional.
Debería llevarse dejarse llevar.
Comer a deshoras. 
Dejarse en el plato el que dirán.
Debería estilarse querer a tiempo.
Jugar sin intención de salir ileso.
Agotar hasta el último de los intentos.
Salir a flote y no de copas. 
Aparcar el odio y tirar las llaves al mar.
Follar sin tabúes.
Querer sin límites.
Confiar a ciegas.
Hacernos de todo menos daño.
Debería ser trending topic la necesidad de hablar las
                                                                          cosas.

jueves, 29 de agosto de 2019

Recuerdo subconsciente......Christian Carbajo García*

Finalista del III Concurso Litteratura de Relato

Foto: www.th.com.ar
Abandonan, primero una y luego el otro, la habitación del hotel. Una escena coloreada con rojo oscuro mezclado con marrón y ribetes grises azulados quedaría grabada a fuego en sus cabezas. La clave estaba ahí, aunque los ojos no querían verla. Un saludo entre desconocidos, una conversación banal, un beso distraído. Todo estaba ahí horas antes de que él llegara a la habitación y los matara, para luego unirse a ellos.
         Lucía y Miguel ya habían testificado ante el comisario, fueron los primeros en ver la escena, pero no los primeros en llamar a la policía, ni los primeros en gritar al ver los cráneos de sus dos amigos aplastados contra el suelo.

miércoles, 21 de agosto de 2019

La iglesia y el aparcamiento......Alberto Arecchi*

Finalista del III Concurso Litteratura de Relato

Foto: Iglesia de San Miguel de Pavía
Vivo en una ciudad de orígenes antiguos, que fue la capital de un reino bárbaro, y guarda sólo memorias muertas. En las nieblas del otoño, la realidad se desvanece indefinida, todo orgullo se convierte en presunción y cada promesa es un sueño destinado a nunca ser realizado. Aquí y allí, bajo los revoques, afloran fragmentos de arquitectura religiosa o civil. La obra maestra es la iglesia románica de San Miguel, antiguo lugar de coronación de los Reyes, que ha sufrido mucho debido a las manipulaciones, modificaciones y renovaciones.
         Monstruos, hombres que luchan con dragones y otras figuras horribles corren por las paredes de la basílica en una saga indescifrable para nosotros. Pero sin duda no era una diversión libre: estas imágenes tenían que "hablar" al hombre medieval con un lenguaje simbólico preciso, bien anclado en su imaginación. Hoy en día, la erosión de la piedra nos está privando de estos relieves. Una interpretación completa de los ciclos de esculturas y bajorrelieves debe tener en cuenta también el juego de luces y sombras que en distintos momentos, en el flujo de los meses y las estaciones del año, el sol provoca en el monumento, como un buen músico haría con un instrumento bien afinado.

lunes, 12 de agosto de 2019

Ausencia......Gustavo Alfonzo Quiñónez*

Finalista del III Concurso Litteratura de Poesía

Foto: www.ghiroph.com
Caminos de regreso a la casa materna
Olores encontrados, efluvios de playa,
de niñez, de nostalgias
Recuerdos de exquisitas mañanas.
Él llega a su puerta:
Su madre al trasluz del albor matinal,
aroma del pan, café de añoranzas.

Evocaciones perdidas
en los rotos atardeceres de la memoria
Atardeceres de mar.
Hoy regresa un año después de su incierta ausencia
Incierta, porque ella siempre está presente.
Pero ahora ya no está.

domingo, 4 de agosto de 2019

Comme il faut......Agustín García Aguado*

Finalista del III Concurso Litteratura de Relato

Foto: Friedrich Wilhelm Murnau, Nosferatu
Nadie podía juzgarme, nadie, por la sencilla razón de que no existo. Esa idea me atenazaba cuando, arrodillado como un espectro galante, buscaba por debajo de la cama los zapatos extraviados de Laura, después del último apagón. En medio de tanta oscuridad me surgieron dudas más que razonables, pero esas cuestiones menores era mejor dejárselas al género humano. Nada tenía que ver con mi naturaleza de alma contrita y burlona que acababa de cumplir cuatrocientos siete años como si tal cosa. Debería estar reptando por la casona, asustando a los gemelos, abriendo y cerrando puertas, pero no, toda mi actividad se limitaba a complacer a la señorita Méndez. Resumiendo, me pasaba el día con una sonrisa meliflua de parietal a parietal como un idiota con acné. Intentaba, incluso, repeinarme ante el espejo del lavabo o del tocador sabiendo que, en el fondo, la única proyección posible de mi imagen consistía en un rostro descarnado y sin mirada. Cuando Laura salía al jardín en verano, yo la espiaba. Si se ausentaba para asistir a sus clases de Arte, me empezaba a entrar una comezón que terminaba hundiéndome en un hipido de ánima ociosa. Y es que estaba enamorado, lo confieso. Más de cuatrocientos años hurtando la paz y el descanso a aquella estirpe tronada de los Méndez Galván, con ocho generaciones a las que yo mismo me había encargado de amortajar para que ahora, por una simple finta del destino, viniera una niñata, con ojos relampagueantes de diosa, eso sí, y me diera calabazas. A mí, que en 1587 supe conquistar una a una a todas las novicias del convento de San Martín. Ellas sí que entraron con buena doctrina en mí, y yo entré en ellas, como buen doctor de la Iglesia, transparente y seductor entre vísperas y maitines. Pero el pasado, pasado está, pensaba con un exceso de humildad. 

sábado, 27 de julio de 2019

El tiempo a tu favor......Mayra Jhoana Castillo Ureta*

Finalista del III Concurso Litteratura de Relato

Foto: www.Photos.com
Lo vio salir de casa a la hora de siempre, con el maletín de siempre, tan atractivo como siempre. Sus ojos parecían mirar a todas partes, pero nunca se fijaban en ella. Se acomodaba el ondulado cabello con los dedos mientras miraba la hora en su reloj y bebía un sorbo de café, finalmente extendía la mano, tomaba un taxi y se perdía en las autopistas de la inmensa ciudad.
         A ella parecía no importarle tener que recorrer más de treinta kilómetros con tal de verlo, sorteaba audazmente el tráfico, el ajetreo, las personas y los incómodos ladridos caninos, volaba entre las nubes, no le importaba nada si con eso conseguía tan sólo un minuto para admirarlo.

viernes, 19 de julio de 2019

Colmenas del pasado......Natalia López Lago*

Finalista del III Concurso Litteratura de Poesía

Foto: www.sp.depositphotos.com
La respiración se vuelve
cada vez más sólida
en aquel gélido ambiente,
mientras cruzo la habitación distraído,

como tantas otras veces.

Pasan varios minutos hasta darme cuenta
de que doy vueltas en el mismo espacio vacío,
ensordecido por el lejano eco de tus pasos,

que poco a poco crece en intensidad
hasta volverse insoportable.

Las paredes enmohecidas de esta casa
encierran recuerdos de mi niñez.
Memorias que se antojan turbias y distantes,
y dificultan alcanzar el sosiego que vine buscando.

Los majestuosos techos
susurran a voces canciones infantiles
que me trasladan a las tardes de verano,
a juegos despreocupados,
caídas escandalosas y besos sanadores en las heridas.

jueves, 11 de julio de 2019

Antes me muero......Annabella Martínez Cejudo*

Finalista del III Concurso Litteratura de Relato

Tanatorio Sur. Madrid, enero de 2018

Si el número de asistentes a tu entierro determina el número de personas que te apreciaban en vida, está claro que Enriqueta era una mujer poco estimada. Y no me extraña. Nadie en la familia entiende cómo Fernando, un hombre bueno, dulce, amable y educado, podía compartir genética con esa mujer. No obstante, era su madre y está muy afectado, imagino que porque de algún modo se siente culpable de su muerte. A fin de cuentas fue él quien le dio la invitación antes de ayer. Pero yo, que lo conozco bien, creo que su cara es una mezcla de pena y de alivio, diría incluso de alegría contenida, porque me recuerda mucho a su cara el día que lo conocí hace más de cuarenta años.

miércoles, 3 de julio de 2019

El pinche Alfredo era bien impuntual......Adolfo Ramírez*

Finalista del III Concurso Litteratura de Relato

Foto: www.lavoz.com.ar
Era tarde, siempre llegaba tarde a todo. Tenía que estar a las seis, y ya eran las seis. Alfredo subió en chinga al elevador. El elevador se atascó en el quinto piso, allí también estaba... ¡el famoso Jimmy Jaime!: el cantante de música de corridos.
         Alfredo escribía canciones desde los ocho años, pero nunca supo qué utilidad tenía eso. Una vez compuso el jingle para la campaña política de un senador del PAN. Le pagaron una mierda, aunque en realidad, nadie le había pagado nunca un centavo por escribir canciones, así que no le vinieron mal aquellos doscientos cincuenta pesos. Luego intentó por aquí, por allá, pero está claro que la música no deja un varo si eres un incipiente cantante de rock, desconocido hasta en su casa.

sábado, 1 de junio de 2019

Gotas......Alberto Franco Fernández*

Finalista del III Concurso Litteratura de Relato

Foto: www.stock.adobe.com
Caía la noche. Arañaba paulatinamente los últimos reductos de claridad. Los pasillos, tan concurridos en el turno matutino, languidecían al aproximarse el crepúsculo. Tras la robusta puerta, accedió un sanitario para administrar la medicación por vía intravenosa. Ni siquiera dio las buenas noches. Nunca serían tal.
            Empujé con mi espalda aquel compacto sillón. Precisé de tres intentos para extender su mecanismo, denostado por el óxido. Una tumba ha de ser más confortable; sin lugar a dudas. Al disponer mi cuerpo en decúbito supino, y gracias al débil hilo de luz que penetraba por el quicio de la puerta, se volvió a cruzar en mi panorámica: el gotero.         
            Él y yo. La montaña rusa de la vida nos había traído hasta allí. Aquel hombre de hierro que yacía a mi lado portaba las cicatrices de su historia. Aquella bolsa suspendida sobre mi cabeza, y sobre la suya, mantenía el alma en vilo. Probablemente eran las últimas gotas que le quedaban.
            Caían lentamente. En ellas, veía una lluvia de recuerdos. De los recuerdos dulces que nos había deparado un tiempo pretérito. De evocar noches de verano mirando el cielo estrellado, trazando constelaciones con la punta de los dedos. Parecíamos eternos, y ahora me doy cuenta de nuestra insignificancia.

viernes, 24 de mayo de 2019

Historieta......Guillermo H. Pegoraro*

Finalista del III Concurso Litteratura de Relato

Foto: Portada del Calendario Marvel Comics 2018
“Capa y antifaz”... anotaba con lápiz número 2 en su pequeño cuaderno tipo carta. “¿Qué más?”, pensaba el niño mientras hojeaba por millonésima vez la desvencijada historieta. Una noche, como tantas, se echó a dormir anhelando ser un superhéroe; quizás no tanto para defender al necesitado, quizás más, para sentirse diferente y aclamado.
En la escuela trató de no hacer amistades, sabiendo que debía ir creando, desde el vamos, una identidad enigmática, fuerte y solitaria; porque los vaivenes emocionales que acarrean las relaciones humanas sólo son lujo del indefenso, no de los paladines. Sufrió bullying por diferente, pero cada burla o prepotencia la soportó con hidalguía… suponiendo que templaba el carácter. Al igual que el muchacho arácnido, él también tuvo que sobrellevar el pavoneo de los fanfarrones, a sabiendas que el verdadero poder radicaba… sólo en él. 
Letras tras letras fueron llenando las hojas que captaban la ficción leída (hazañas, descripciones y psicología de los superhombres), mezclándose caprichosamente con datos de su propia existencia, como piezas de puzles distintos. Descubrió que, al igual que Superman, él también poseía su kriptonita (el pimiento le causaba urticaria); o como el grandote verde, también sentía latir en su debilucho cuerpo, dormido (pero latente), un ser más primitivo y enérgico.

jueves, 16 de mayo de 2019

Lenguas de fuego......Claudia Beatriz Felippo*

Finalista del III Concurso Litteratura de Poesía

Foto: El beso
Hay versos como lenguas
De fuego,
Versos que queman, arden
Por dentro,
Versos que son llagas en la piel
Del alma,
Versos que incineran el corazón 
Y en el humo escapan,
Se enredan con el aire 
Buscando un lugar donde saciar
Todo el deseo, el encanto.
  
Hay versos como lenguas
De fuego,
Versos rojos que dejan marca.
Su cicatriz es poesía candente,
Carcome por dentro,
Reaviva la llama en metáforas
De sol incandescente,
Renace con cada resplandor
En el albor de una mirada.

miércoles, 8 de mayo de 2019

Pablito......Adrian Sandoval

(Tributo a D. y El Maestro)

Finalista del III Concurso Litteratura de Relato

Foto: www.tumblr.com
Desde que la primera taza de café del día empieza a humear, Pablo, previamente conocido como Pablito, sabe exactamente cómo va a ir el día de hoy.
Bajo qué misteriosa fuerza había decidido verse con El Mono y los otros pibes, quién sabe, pero habiendo pasado los años, que se empezaban a sentir como años pero de verdad, tenía el soliloquio del Mono ya corriendo en su cabeza.
Saliendo a la terraza a fumarse el puchito mañanero porque Liliana no lo deja fumar dentro de la casa y lo tiene a dos por día, empieza a adivinar cómo va a ir. Fumando en ese frío del orto de las-ocho-de-la-mañana-y-sin-sol de mayo, ya puede ver al Mono. 
          Le va a tocar al timbre tres veces, siempre tres veces, hora y cuarto más tarde de lo acordado. Lo va a estar esperando en la puerta, fumando y tirándoles besitos a las viejas de la cuadra. “Vamos a tener que tomar el subte, che”, porque el auto va a estar en el taller, porque el auto siempre está en el garaje por algo o por otro. “Y necesito que me pagués el viaje”, porque el Mono no se ha pagado sus propios viajes, ni de subte ni de colectivo, desde quién sabe cuándo.

martes, 30 de abril de 2019

Repisa en tierra firme......Andrea Amosson*

Finalista del III Concurso Litteratura de Relato

Foto: Philippe FarautNyet
La mañana se anunciaba clara, conversaba con la brisa en lenguas de vapor y sal, y se mezclaba con el viento, dejándose llevar hacia el ventanal del hacedor, que observaba desde su mesón de trabajo la inmensidad azul, los picos y los abismos de la costa chilena, listo para terminar la obra en la que había estado concentrado por los últimos seis días.
         El hacedor, entonces, abrió con cuidado el recipiente de loza y cogió un puñado de greda blanca. Amasó primero con la mano derecha, después con la izquierda. La alargó y la volvió redonda. Más rato ovalada, luego plana bajo la presión de su puño, en la lisa superficie del mesón. La arcilla viva se fue endureciendo poco a poco, hasta llegar al punto preciso que las expertas yemas del hacedor buscaban y vibró con el calor del roce, suave, delicado, el mismo roce con que el hacedor seducía a la mujer, con pellizcos en el nacimiento del cuello. Pero no debía pensar en eso, en ella, necesitaba completar su mejor creación.
          Dejó la arcilla reposar para acercarse al ventanal y abrirlo en pleno, y desde ahí inspirar el aire salado de la costa chilena. 
      Cuando la greda estuvo lista, el hacedor le armó tronco, cabeza, piernas y pies. Luego brazos, manos, dedos y uñas; y se empeñó en las facciones finas del rostro, de labios casi abiertos, la arcilla blanca y satisfecha como la mujer después del amor. Pero no debía pensar en eso, en ella, no a punto de culminar su mejor creación.

lunes, 15 de abril de 2019

Sin saber sus nombres......José Luis Guerrero Fernández*

Finalista del III Concurso Litteratura de Poesía

Foto: LCC (Comités de Coordinación Local) Syria
En su nombre,
las cosas
encuentran su sentido.
No es mesa si no la llamamos como tal,
ni silla,
silla es.
Por eso a uno de cada mil niños muertos,
con la cara enterrada en la arena
o en el fango de una guerra,
nos gusta ponerle nombre.
Y lo llamamos Aylan por no llamarnos miserables. 
Y lo llamamos Samuel por no llamarnos monstruos,
y la llamamos Shimah para concienciarnos de que
                                        seguimos siendo humanos. 

domingo, 7 de abril de 2019

El naranjo......Florencia González Castellanos*

Finalista del III Concurso Litteratura de Relato

Foto: Antonio Mensaque y Alvarado,
Naranjas y limones 
Las naranjas del abuelo lucían en el fondo del jardín. Parecía que las lustraba, porque brillaban de una manera especial. “No las toquen”, nos decía con cierta seriedad, “hay que dejar que maduren y caigan solas”. Entonces sabíamos que el naranjo era un lugar sagrado, que podía observarse y nada más.
Todas las tardes, luego de dormir una breve siesta, acercaba su sillón de madera verde y un almohadón a rayas amarillo y blanco al lado de su árbol preferido, y una vez acomodado, abría su libro y se disponía a leer un buen rato. Historia, siempre libros de historia, que refrescaran su memoria y que además lo informaran un poco más. Rosas, Mitre, Sarmiento, San Martín, Belgrano, eran algunos de los próceres que disfrutaba leer.
Y por la tarde, ya a la hora que caía el sol, llegábamos sus nietos de visita. La abuela nos abría la puerta con una sonrisa enorme y un beso en la mejilla. Al ingresar, un aroma a jazmín invadía el living comedor. Es que al lado del naranjo había un jazmín, enorme, que florecía y daba tantas flores como el árbol naranjas. Entonces, una vez florecidas, las cortaban y las colocaban en diversos lugares de la casa para que perfumaran los ambientes, y además nos dejaban un ramito reservado para los que íbamos de visita.

sábado, 30 de marzo de 2019

Nuevamente volveremos......Agustín Alonso Biscayar*

Finalista del III Concurso Litteratura de Poesía
Foto: mohamed Hassan (www.pixabay.com)

                                             I

        Debería explicarte si supiera
        de qué color se dibuja el desengaño,
        cuál es la sequedad de la ausencia
        o dónde habitan los dominios del olvido...

        Debería explicarte todo ello si supiera—,
        pero las palabras en mi reino de silencios
        han perdido ya las letras de esos sentimientos.

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