Finalista del III Concurso Litteratura de Poesía
Debería
explicarte —si supiera—
de qué color se dibuja el desengaño,
* Nació en Avilés
(Asturias) en 1959. Ha participado en diversos concursos de poesía, obteniendo
más de una veintena de reconocimientos, entre ellos: finalista del Certamen de
Poesía Internacional (Segovia, 2014) y del “Umbral de Poesía” (Valladolid,
2016), segundo premio en el XIV Certamen de Poesía Rafael Alberti (Prat de Llobregat,
2015), y ganador del XVI Certamen de Poesía Puig de Missa (Ibiza, 2009), “Luna
Azul” (Zaragoza, 2014) y Villanueva de Duero (Valladolid, 2017). Ha publicado
los poemarios Contra el olvido:
Geografía de sentimientos (Ed. Alon, 2010) y Palabras que adornaban los silencios (Ediciones Nieva, 2016), así
como varias antologías junto a otros poetas. Finalista del III Concurso Litteratura de Poesía.
de qué color se dibuja el desengaño,
cuál es la
sequedad de la ausencia
o dónde
habitan los dominios del olvido...
Debería
explicarte todo ello —si supiera—,
pero las
palabras en mi reino de silencios
han perdido
ya las letras de esos sentimientos.
Y por eso —no temas— mi corazón
sólo
dibujará el rastro fugaz de aquellos besos
robados a la
sorpresa de una tarde
y adornados —eternamente ya—
por la
suavidad inocente de tus labios.
II
Sabes que sobre restos de ceniza
han escrito
nuestras manos
palabras de
amor… preciosas sílabas de sentimientos.
Hemos
dibujado mapas de esperanza
y con letras
de ilusión
hemos
nombrado paraísos comunes.
Pero, a
veces, la tormenta en nuestras almas
y el
insolente egoísmo
desatan
huracanes que arrasan lo creado…
Volveremos.
Sí, volveremos.
Volveremos a
nombrar caminos y esperanzas,
aunque
nuestros ojos estén cubiertos
con manchas
de ceniza;
negros
restos de algún desengaño.
Volveremos
nuevamente…
III
Por eso te digo: ven; dame tu mano. Caminemos juntos.
Te enseñaré donde
olvida el mar su llanto;
donde se funde la
alegría con algún invierno desolado.
Y al final, te
enseñaré
el borde secreto
donde se detiene aún el aire;
donde se detiene
el tiempo…
Recuerda estos
caminos,
porque cuando el
huracán azote
duramente mis
deseos,
cuando el viento
quiera borrar mis pasos
y anule todos los caminos de la
vida…
Entonces tú… Tú
serás mi guía.
Mi guía para
buscar nuevamente
los senderos de un
alma que se agrieta;
de un cuerpo
desolado que se acaba.
Por eso te pido,
amor: Ven; dame tu mano.
Caminemos juntos.
Agustín Alonso Biscayar |
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