Finalista del V Concurso Internacional “Litteratura” de Poesía
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| Foto: www.hobybuchanon.com |
garganta?
¿el
palpitar en la sien?, ¿la niebla en los ojos?
¿Acaso
nunca tu pensamiento se hizo denso como
la lava?
¿Nunca
temiste que se rompiera tu estómago,
retorcido como la ropa de la
colada?...
Me
pregunté durante mucho tiempo si es que acaso
el miedo a tu puerta
nunca llamaba.
Nunca
hubo en mí una quiebra tan profunda
como
cuando te colaste en mi inocencia,
doblaste
mi espejo, tornándome esperpento,
Te
quedaste dentro demasiado tiempo.
Una
de cal y otra de arena.
Decías:
“Unas veces te corres tú y otras me corro yo”,
pero
no había manera de disfrutar de las brutales embestidas,
ni
aunque fuera mejor eso que verme sola entre las ruinas.
¿Acaso
nunca has preferido el dolor a la nada?,
¿nunca
has ansiado que el pinchazo llegara?
Alimentaste
mi miedo hasta que lo ocupó todo.
No
hubo en mí nada semejante,
nunca
sentí mi cuerpo tan despreciable
como
cuando el terror se posaba en mis ojeras,
me
arrancaba el cabello y me apretaba en las arterias.
Pero
lo invocaste tanto que lo gastaste.
He
buscado en cada rincón,
debajo
de cada alfombra y en cada uno de mis agujeros,
le
he puesto cebos, he gaseado
y
he hecho todo el ruido que he podido por encontrarlo de nuevo.
Perdí
el miedo contigo, ¿sabes?
Me
arrebataste la posibilidad de sentirme viva
y
la busqué en cada insensatez, en cada riesgo.
Exploré
mis límites con cada droga,
con
cada viaje sola, en cada curva a 160 kilómetros por hora,
en
aquel salto al vacío, con cada apuesta perdida...
Lo
busqué cada vez que me quedaba sin respiración al vomitar,
en
la sangre que brotaba a borbotones de mi piel
y
en el sexo a golpes salvajes en el sucio baño de aquel bar.
Me
pregunté durante mucho tiempo si es que acaso el miedo a tu puerta
nunca llamaba.
¿Nunca
sentiste en el pecho las punzadas?
Sí
volvieron la risa a carcajadas, la ternura y la compasión,
volvieron
también la rabia ardiente y el amor sin condición.
Pero
mi miedo no vuelve, ¿acaso nunca lo viste esfumarse de repente?
Y para bien o para mal, de ti solo pude salir más valiente.
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| Eva Serós Quintero |
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