Foto: Guardia civil con fusiles como los del tiroteo de Nava (www.diariodeleon) |
¿Acaso no ves mis manos
rajadas
por el arado, y los
pájaros inmóviles
en la mirada de una
sublevación?
Hablaré de una amanecida anochecida
entre tricornios y
caballos blancos,
entre pistolas lunares
acorralada;
llevaré el hambre a los
pies descalzos
y el frío entrará como luz
en tus ojos;
serán mis huesos motivo y
razón
de las espigas acariciadas
por hoces
por el sucio silencio de los escaños
que llevaron la toga de la
muerte.
Vi huesos remontando barbechos,
abrazándose a hombres y
mujeres
helados por el frío, por
la violencia
golpeados con saña
innombrable.
No tenía nombre la blanca
ternura
que sostenía en brazos a
su hijo.
Tampoco son pensables las
manos
acariciando la semilla de la
tierra,
ahora en vientres
adormecida.
Escuché a dios llorando en
el olivo,
impotente por no poder
hacer nada;
y las balas me rozaron las
mejillas
cuando cayeron hombres
inocentes.
Supe entonces del trabajo
áspero,
del frío silencioso que
amarra
la esperanza del hambre al
cielo.
Vi doblegarse a los olivos,
Vi doblegarse a los olivos,
mostrando agradecimiento.
Pero también vi los dientes de la muerte
luchando a capa y espada
con los fusiles.
Me perdí en un laberinto
de gritos negros;
como en una noche
interminable,
corrieron los legionarios
de la muerte
para detener a los
jornaleros.
Llevaban el plomo
retorcido en sus labios
y en sus brazos las
columnas del miedo;
ardía el cuarzo en sus
ojos, infinitos
en su sed de sangre.
Quedan restos de amanecida
en mis cabellos,
tan fríos y blancos como
los cortijos,
como la nieve estirada en
la cumbre.
Están cansadas mis manos
de hundirse en los rostros
y apaciguar techumbres del
hambre y la humillación;
es por eso que se sublevan
las madres, llevando a sus hijos
más allá de las alambradas
que muerden con saña la tierra
y se clavan, como una
aurora de puñales, en los corazones
de hombres y mujeres
alzados entre bancos de niebla.
Estoy aquí, otra vez vivo
por cada agujero de bala:
sólo son luz, luz vertebrando el fuego de mi alma.
sólo son luz, luz vertebrando el fuego de mi alma.
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