(Oda a la heroica insumisión ante la
Ordenanza de Civismo)
El nombre del
desprecio será barrido de la faz de la tierra
De los deportivos.
De lujo.
Nunca me ha pasado nada.
Controlo.
Miro que no haya nadie
y me meo.
Me meo justo en la maneta.
Justo donde el hombre que se siente importante,
que ambiciona presumir,
tiene que colocar la mano.
Ese hombre se siente superior a los demás,
aspira a humillarnos,
quiere despreciarnos,
persigue dominarnos.
Cada día se encorva ante su coche para entrar y salir,
para sacar el maletín del portaequipajes,
se inclina,
Hace varios años que lo vengo practicando.
Por toda Barcelona.
Todos los pijos han tocado mis orines.
Para mí esto es importante.
Si fuera con una chica,
me diría:
va, déjalo,
eso es una locura,
le daría un ataque de risa,
al principio,
después me convencería de que desistiera,
te puede pasar algo…
Si viene la guardia urbana, les enredo.
Para mí esto es importante,
es mi trabajo.
No tengo otro.
Hace varios años que lo vengo practicando.
Es la verdad.
Hasta que las banderas rojas no vuelvan a ondear por toda la ciudad,
los pijos seguirán acariciando
mis orines con sus manos inmaculadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario