Foto: Vivian Vásquez Montoya |
El
ser no es una fábula
GIOVANNI
QUESSEP
El
viento besa
con
sus miles de bocas
y
tanta desnudez de cosas
me
lleva a ti:
a
las almas que no vuelven
después
del beso, a esta espera
en
que nos desangramos.
Se
nos muere un árbol en la piel,
sus
hojas dicen algo en la profundidad de un verso
que
se llena lento, antes de desaparecer.
El
amor fue el primer espejo
algunos
no dejaron de mirarse.
El
amor fue el primer espejo
lanza
su reflejo más escueto
antes
de ser roto.
Un poema muy bueno. Gracias por compartir.
ResponderEliminarSí, a nosotros también nos parece un gran poema, Albada, como la gran mayoría de los de Dufay. Muchas gracias a ti por leernos, y otras tantas de parte del autor!!! Un abrazo
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