Finalista del IV Concurso Litteratura de Relato
Foto: Blanca Suárez, Amaia Salamanca, Macarena García y Belén Cuesta en A pesar de todo, de Gabriela Tagliavini |
Lo
noté, lo notaste, lo notaron mis amigas, lo notaron los demás
camareros, y lo notó hasta el último despistado cliente de aquella
bonita cantina. Surgió entre nosotros y se palpaba de forma
ostensible en el ambiente. Chispa. Energía. Conexión. Electricidad.
Química. Física. Y todas las asignaturas de la carrera que nos
dijiste que aún seguías estudiando con vocación mastodóntica. Yo
hacía tiempo que había acabado la universidad, y tú ibas a empezar
ese incipiente septiembre a estudiar el penúltimo curso con
admirable tenacidad. De pronto, me invadió un sudor frío, y noté
cómo se me aceleraba el pulso a un ritmo desmedido. Echando cuentas
mentalmente, calculé que te sacaba diez primaveras, más o menos. De
la impresión, la cuchara que tenía en el plato se me cayó al suelo
con un ruido atronador. Al momento, me trajiste una limpia y me la
entregaste con extremo cuidado, observándome despacio con un regodeo
malsano. En ese preciso instante, sentí que el suelo temblaba bajo
mis pies con una intensidad apabullante.
Las
cuatro pedimos una botella de vino. No se nos ocurrió una manera
mejor de homenajear a aquella «cepa» en forma de taberna que te
había colocado en mi camino. Ese tórrido día en el que el mes más
vacacional del año se nos escurría, resbaladizo cual anguila, de
las manos, brindamos, bebimos, privamos y pimplamos. Yo dudaba, con
una gran subida de autoestima, entre celebrar que no me quitabas los
ojos de encima, u olvidar el hecho de que cuando tú naciste yo ya
era casi una febril adolescente. Siguió la comida. Siguió el
morapio. Siguieron los minutos. Siguieron las horas. Cada vez que
venías a atender nuestra mesa con diligencia, el corazón se me
salía desbocado por la boca, incontroladamente. Tomé una drástica
decisión. No prestarte atención. No contemplarte. No hablarte.
Ignorarte. Hacer como que no compartíamos las mismas coordenadas
espacio-tiempo que el caprichoso destino se había encargado de unir
con arriesgado acierto.
«¿De
dónde sois?»: preguntaste de pronto a bocajarro. «De Madrid»:
contestaron mis amigas con desparpajo. Yo hacía rato que me había
quedado muda. «Qué casualidad, yo estudio allí. En quince días
voy para allá»: lanzaste el órdago de manera precipitada, y yo en
ese momento no fui capaz ni de sostenerte la mirada. Sentí que me
desmayaba. Sin embargo, el caldo que maridó la comida me hizo
sentirme crecida de forma milagrosa. Y no sé ni cómo ni por qué,
nos trajiste la cuenta con tu nombre y tu número de móvil apuntado
con pasmosa soltura. «Llámame y quedamos»: sólo recuerdo esas
tres certeras palabras que pronunciaste sin titubeos, y traspasando
intencionadamente mi retina con tus dos luceros negros. Esa tarde,
durante el camino de vuelta a Madrid, se abrió un profundo y
acalorado debate entre el cuarteto. Todas las integrantes de aquel
vehículo acordamos votar, y la mayoría absoluta decidió que yo
tenía que volver a saber de ti. Acepté sin rechistar.
Después
de intercambiar contigo varios mensajes de WhatsApp, nos citamos
pocos días después para cenar. Aquella noche eterna, la
conversación no tenía freno y perdimos la noción del tiempo. En el
transcurso de la madrugada, y por los datos que me aportaste,
confirmé lo fundado de mi sospecha. Yo era doce años mayor que tú.
Hablamos durante varias horas, pero en ningún momento me preguntaste
la fecha de nacimiento. Yo tampoco hice alusión alguna al tema en
concreto. No era importante. No era relevante. No lo necesitábamos
saber. No lo queríamos conocer. Únicamente éramos un hombre y una
mujer en un bar dejándonos llevar... Sólo eso. Todo eso.
Sandra Pérez de Andrés |
Muy bueno. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias!
ResponderEliminarEnhorabuena!!!
ResponderEliminarMe encanta tu estilo.
Gracias !!!
EliminarEngancha el relato!!!! Segunda parte???
ResponderEliminarMuchas gracias!!! Voy a pensar lo del segundo episodio.....
Eliminar¡Muchas gracias, Albada, Anónimo y Unknown!!! Veo que l@s lector@s quieren saber más... Sandra, si decides continuar el relato, a petición popular, en "Litteratura" estaremos encantados de publicar la segunda parte / el segundo episodio.
ResponderEliminarGracias a todos/as por vuestros comentarios !!! Le doy una vuelta a ver si decido continuar la historia....y por supuesto, os aviso para publicarla aquí !!!
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