Foto: Yamil Lage, Cola del pan en La Habana |
“He
aquí, yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según
sea su obra. Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio y
el fin.”
―¿Tú vas a seguir con lo mismo, Andy? Me tienes
loca, mijito, con la cantaleta y la cantaleta. ¡Desde ayer tú no paras con ese
teque!!! Dime que después de gozar la papeleta, ¿te vas a meter ahora a
religioso?
―Oye,
tata, te digo que esta frase me tiene la cabeza hecha agua. No pienso en nada
más que en ese viejo que me la dijo.
―Bueno,
busca a ese hombre y que te explique qué significa, o pregúntale al mismo Dios
a ver qué te dice.
―Mejor
no, ¿sabes que haré? Me voy a tirar un rato a descansar porque cogeré un diez, tengo
trabajo y bastante.
Eso fue todo lo que hablamos ese
día, no sé, pero creo que desde que aquel hombre le dijo eso, me cambiaron a mi
hermano. Ha pasado días de tranquilidad, se sienta solo en cualquier esquina y
lo ves que la mirada se le pierde, y mira lo mismo para el cielo que para la
tierra. Parece como un hechizo, es algo que lo tiene amarrado, ahora dice que
hay que pensar las cosas antes de hacerlas, que uno no puede andar por ahí
desperdiciando el tiempo y haciendo las cosas mal, que estamos de prestado en
esta vida.
De verdad que estoy perpleja,
fíjate que no ha querido pintar más, tiene encargos, y lo que más me preocupa
es el trabajo que tiene para la semana próxima. He hablado con él, le digo
horrores de esas cosas, y al final lo único que consigo es pelear porque no me
hace caso y sale como una flecha, y me deja hablando sola. ¿Quieres que te sea
sincera?, estoy por buscar a ese viejo misterioso que le dijo aquello y yo
misma preguntarle, porque o me muero o él me mata con toda esa paranoia. En
ocasiones creo que se está volviendo loco.
―Nooo, no
me estoy volviendo loco, Mari, yo estoy claro de lo que digo, he visto mucho en
esta vida, y de verdad que todo lo que dice ese libro lo he visto reflejado en
estos días y en estos tiempos.
―Muchacho,
tú sí que estás quemado, eso es una fantasía, ¿tú sabes cuántas cosas yo he oído
de la gente que cree en las boberías que están escritas en ese libro?Escúchame, mi hermano, por favor, lo único que quiero es verte tranquilo,
saliendo a las fiestas y a los lugares que frecuentas, todo como siempre,
porque viéndote así tan callado me parece que estás enfermo.
―Yo
estoy bien, mi amor, estamos viviendo cosas que realmente son de sorprender.
Enfermedades nunca vistas, terremotos, maremotos y miles de sucesos, pero lo
que más me sorprende es el desamor y la falta de comunicación entre la gente. ¿Tú
no te das cuenta, mi hermanita?
―¿A mí
qué me interesa eso, Andy? Yo te tengo a ti, mi vida, y lo que me gusta, yo no
soy mala gente y hago lo que me da la gana y cuando me da. ¿Qué me importa a mí
si los demás hacen de su vida un desastre?
―Tú sí
que me preocupas, eres una mujer joven y si opinas eso, no sé qué será de ti cuando
seas mayor.
¿Te diste cuenta?, ya ni se
ríe este muchacho, a veces yo pienso que no habla en serio, un chico que no
habla nada con cordura, todo lo de él es con un doble sentido. De veras que me
preocupa, está tostado, más loco que una cabra, y lo demás es bobería. Te voy a
leer el librito y verás si las cosas que dice no es de gente que no tiene dos
dedos de frente.
Hace dos días lo vi encerrado
en el cuarto y me puse de lo mas contenta, pensé que estaría trabajando, le
hice una panetela, la rellené con merengue y se la decoré, ¡de lo mas bonita
que me quedó! Al rato, cuando salió, adivina qué hacía, ¿trabajando? No, mi
vida, estaba leyendo el bendito libro y el mundo cayéndose a pedazos, y él
nada de trabajo, ahora ya no pinta, ahora lee. ¡De verdad que no lo aguanto con
esa tontería del Apocalipsis y la bobería del fin del mundo!! Me tiene harta,
yo quiero que se concentre, que tenga novia, que sea como antes, y nada, parece
que no será más aquel atrevido peligroso. Mira si es así que dice que no
volverá a hacer críticas en sus trabajos, quiere que todo sea pureza, y que no
importa que el mundo se le caiga encima, él sólo dirá la verdad, y según el
lugar y el momento adecuado para decirla. Eso es tremenda novedad, porque lo
conoces y sabes que le encanta sacar a la luz lo que todo el mundo sabe que está
sucediendo y no se atreven a contarlo por miedo. Quién lo diría, no se mezcla
en asuntos políticos, no opina sobre esos temas oscuros que ya se sabe que
están pero nadie los aborda, ¡ahora sí que se me cae el alma, madre mía!!
―Ven,
mira, mi hermano, esto que sacaron en el periódico: tremendo notición, ahora dice el gobierno que ya no se tendrán que hacer más colas para comprar el pan y los productos de primera
necesidad.
―Déjate
de esos asuntos, Mari, todo tiene su tiempo, alguien se dará cuenta de eso y lo
tratara de solucionar, es mejor enfocarse en cambiar las cosas que tenemos en
el corazón.
―¡Por
favor, Andy, basta ya, mijo!, te estoy tratando de relajar, de entrar en un tema
que te gusta, porque a mí no me engañas, sé que te gusta, y tú sigues con esa
tontería del Fin, de las señales, y sabe Dios que más te has metido
en la cabeza. Si mi mamá te escuchara, se quedaría con la boca abierta. Fíjate
como estás que has dejado de trabajar, y eso sí ya es un problema.
“… ”
―¿No
dirás nada, mi hermano?, yo te hablo y te hablo y tú sin decir ni media
palabra. Te entra por un oído y te sale por el otro.
―Mírate
cómo te has puesto, por eso que no te cuento más de mi vida, te quieres colar
en todas las cosas que hago y das opiniones como si fueras periodista.
―La
diferencia es, cariño, que los periodistas se meten en todo, pero no porque
les importe la vida de la gente con un fin noble, por amor de verdad, sino que todo
lo hacen por un puesto, por la fama, y muchos por chismes. Tú eres lo único que
tengo en la vida y me preocupas, no quiero que andes comentando por ahí que
estos tiempos son los últimos, que se está desatando el caos y que se ven
horrores. La gente dice que tienes problemas mentales y que no puede ser que un
hombre tan talentoso como tú esté dándoles muela y muela a todos por ahí con eso del “Apocalipsis de estos tiempos”. Vamos, y déjate de estupideces. Dime
tú, es verdad que están pasando cosas raras, si se fuera a acabar el mundo, si este
fuera el verdadero fin del que se ha hablado desde hace mucho, ¿qué harás tú
para vivir de una manera diferente? Dime, ¿qué es lo que harás?... ¡Respóndeme,
Andy, te estoy preguntando!
―¡Oye!!!
Tienes una cara de carnero que va para el matadero, parece que anoche dormiste
mal.
―Ni me
digas, muchacho, que tuve pesadillas contigo. Fue horrible, mi hermano.
―¿Soy yo
tu pesadilla? Pensé que era tu hermano amado, lo único que tienes en la vida,
como siempre me dices.
―¿Puedes
creer que soñé que dejabas de exponer y que te volvías medio religioso, y que
no te importaban los temas políticos?
―Pues
mira, hermanita, te quiero comunicar que acabo de terminar mi última
caricatura, voy a exponer en la galería municipal y puedes creerme que me
permiten llevar las obras que le hice al pan, a las colas inmensas que se hacen
para comprar cosas en el mercado y en las tiendas, y la vida que disfrutan los
políticos, esta vez sí que me dejé el pulmón en el trabajo. A pesar de todo lo que
estamos viviendo, este mundo convulso de políticas y de mezquindades, de clases
sociales y de carencias materiales y espirituales, yo jamás dejaría de hacer lo
único que me hace feliz, lo que de verdad permite que disfrace un poco esos
sentimientos ocultos que tienen las personas, y ¿ése sabes quién es?... ¡El
humor, Mari, el humor!!!
―Me
alegro, mi hermano, estoy tan feliz de que sigas siendo el mismo que no le teme
a la opinión pública ni cree en reservas ni en mentiras... Este es el verdadero
tiempo del fin, se ve para donde quiera que miras, realmente todo se ve con el lente que mires hacia el futuro, pero no es tiempo de quedarse en silencio, es
tiempo de sacarse del pecho todo lo que durante años hemos tenido que callar... A
propósito, ¿cómo se llamará tu expo?
―Ufff,
buena pregunta… “Último llamado”.
―¡Por
Dios, Andy!, tengo que decirte que tú sí sueñas, de veras me sorprendes,
cariño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario