jueves, 3 de julio de 2025

Reciclaje......Pedro Luis Azcuy Flores*

Finalista del V Concurso Internacional Litteratura de Relato  

Foto: Archivo Bettmann, Efigie de Fulgencio Batista (La Habana, 1954)

Yo también hice como estos jóvenes de rostros incógnitos, colmados de valor, con sus pancartas, sus armas y su descontento, que ahora marchan bajo el sol en protesta, cercanos al parque municipal. Pero debo aclarar que, en mi tiempo, estuve en la histórica protesta de la plaza por puro miedo. Miedo a seguir considerándome un cobarde.

       Tal vez yo no compartía genes con los valientes héroes de la patria, replicados en estatuas de limpio mármol en el centro de los parques, con los bancos y el vuelo de las palomas, pero bajo el intenso sol de aquella tarde, no más salieron los primeros grupos a enfrentar a las autoridades, algo muy profundo se encendió en mí. Y aunque consciente de la incertidumbre que nos guiaba rumbo al sueño de una vida más digna; pese a olfatear que tarde o temprano se volvería a la pobreza habitual y al sálvese quien pueda como refrán, estuve entre los más resueltos a avanzar través de las piedras, los palos y el humo, con una voluntad intacta que obligaba a las autoridades a disolvernos utilizando una fuerza mayor, o a retirarse, aunque en mi caso, muy pronto tal vez, llegamos a vernos como dueños de la plaza donde, justo al centro, entre los bancos y la incipiente huida de algunas palomas, observamos el monumento con la estatua del tirano.
        Debo aceptar además que, aunque se haya interpretado lo contrario, nunca me consideré un tipo violento. Pero aquella euforia fue tal que, sí, admito estuve entre quienes escalaron la enorme estatua para romperle el rostro a martillazos y que estuve, por demás, entre quienes con más fuerza tiraron de la soga para, con júbilo intenso, observarla hacerse añicos contra el piso. Los gritos de victoria y orgullo colmaron cada pequeño espacio, hasta que vimos avanzar de nuevo a las autoridades, y esta vez con armamento más pesado que brillaba bajo el sol.
            Quisimos no retroceder cuando lanzaron los lacrimógenos y las balas de goma. Quisimos traspasar los escudos blindados para llegar tal vez hasta el corazón de los ejércitos y demostrar que éramos nosotros los invencibles, pero me vi de repente cada vez más solo, encerrado y sobre el suelo, intentando resistir con el cuerpo más duro que una piedra, mientras bajaban los interminables bastonazos y decenas de patadas, e iba desapareciendo esta luz que hoy rebota contra el mármol, donde un rictus de valor quedó esculpido y resplandeciente en el centro de este parque con sus bancos, con el vuelo incipiente que vaticina la huida de algunas palomas, y donde acaban de llegar unos jóvenes de rostro incógnito, decididos, con sus gritos, sus armas y sus descontentos.


Pedro Luis Azcuy Flores
* Nació en La Lisa (Ciudad de La Habana, Cuba) en 1984. Es graduado en telecomunicaciones y editor literario. Licenciado en Técnicas Narrativas por el Centro de Formación Literario Onelio Jorge Cardoso (curso 2013-2014), con mención en el Premio Cesar Galeano en dicho curso. Miembro del Grupo Ariete; ganador del International Latino Book Award (2019), del Premio Oscar Hurtado 2019 (Fantasía) y del Premio Kovalivker 2023 (Relato), también ha obtenido dos menciones en el Premio David de Cuento (2019 y 2023), y acaba de ganar el David 2025. Ha publicado narrativa y poesía en varias antologías nacionales e internacionales. Finalista del V Concurso Internacional 
“Litteratura” de Relato.


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...