viernes, 26 de junio de 2020

El diario sí hablaba de nosotros......Miguel Ángel Méndez Pereira

Foto: Eclipse de mar, de Sabina (zonadecronopios.com)
Como sabrás, no soy de leer la prensa escrita, pero aquella mañana al dirigirme al trabajo me llamó la atención en un kiosco un periódico del día, pues en la tapa, en primera plana, traía una foto de nosotros besándonos, con el titular: “El amor de Verónica y Javier”. Me detuve anonadado por unos segundos frente al ejemplar que colgaba de un hilo en el local en cuestión, quise hojearlo ahí mismo, pero el dueño del kiosco me lo negó, exigiéndome que comprara el ejemplar para abrirlo, me pareció que el buen hombre tenía razón en querer ganarse unas monedas, así que pagué por el diario y camino al laburo fui revisándolo. 
El titular de la tapa me dirigió a la página tres del periódico, en la cual, en la sección de nacionales, se hablaba de la manera en que nos conocimos, de aquella vez cuando casi me atropellas con tu camioneta, y que por no pelear fuimos a tomar un café al bar de la esquina para sosegar nuestros ánimos. Con lujo de detalles, el cronista narraba nuestras primeras citas y conversaciones por celular, así como aquella declaración de amor estúpida sobre la calle Artigas que te hice una madrugada de enero después de volver de un pub del centro de la ciudad. El periodista no se olvidó de relatar los obsequios que te hice en cada mes de nuestra relación, así como el tonto poema que en forma de grafiti dejé escrito enfrente de tu casa por nuestro primer aniversario. 
Pero si sorprendente era que nuestra relación apareciera referenciada en la sección de nacionales de un diario capitalino, me pareció mucho más asombroso que también en la sección de internacionales se encontrara una nota sobre nuestros viajes al extranjero. ¿Por qué de pronto nosotros, simples mortales anónimos, éramos sujeto de la atención de la prensa? Ni somos de la farándula, ni somos políticos, ni deportistas, ni nada parecido. Todo era muy extraño. 
Mientras caminaba lentamente al laburo, seguí hojeando el periódico y encontré que en la sección de culturales se resumían nuestros discos y libros más queridos, al tiempo que en la deportiva se hacía alusión a nuestro deporte favorito, esto ya me pareció de un tinte hasta morboso, me dirigí entonces a la sección de exequias, única página por revisar que me quedaba en aquel extraño matutino, ahí con gran dolor encontré que aquel día cumplíamos diez años de estar separados, y que nuestros deudos, amigos, familiares y conocidos llamaban a alzar una oración por nuestros corazones muertos en aquella relación. 
Cerré el diario y lo arrojé con fuerza en el primer tacho de basura que encontré. Apuré la marcha, se me hacía tarde para llegar al trabajo.    

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