Finalista del V Concurso Internacional “Litteratura” de Relato
![]() |
| Foto: Jane Badler en V Invasión extraterrestre, de Kenneth Johnson |
Teníamos que volver a casa cagando leches. Es lo que tienen los viajes interestelares: las ventanas de oportunidad para fijar unas coordenadas precisas en el hiperespacio son tan estrechas que, si no las aprovechas en el momento, pueden pasar un porrón de años hasta que se abra la siguiente. Y no nos pagan para hacernos viejos en la otra punta del Universo. Además de que podía armarse un buen pitote: si alargábamos la estancia en aquel planeta, por más que alegáramos motivos científicos, algún espabilado habría que nos denunciara ante el Consejo Galáctico como infractores de la 5ª Directiva de Exploración del Espacio, la que prohíbe terminantemente colonizar o establecer bases permanentes en planetas habitados por formas de vida pluricelulares, eucariotas o complejas, basadas o no en el carbono: Aldebarán para los aldebaranios, era la consigna inviolable. Aunque los aldebaranios de marras no fuesen más que gusanos platelmintos.












