Tercer Premio (ex aequo) del V Concurso Internacional “Litteratura” de Poesía
Navego en la tarde, entre terrazas soñadoras;
trota
una nube hambrienta de soledades verdes,
de
lienzos de tierra gigante.
Esa
vista pasea por el parque;
corretean
chiquillos y perros,
balones
perdidos y excrementos fragantes,
aceras
de humos azules,
trincheras
desiertas,
farolas
con banderas artificiales; y no hay misterios.
Este
jardín de chicuelos se está pudriendo,
los
barrotes oxidados, el columpio cojo,
parecen
muertos.
Apenas
quedan jadeos de compañía,
heridas
de aventurero,
sollozos
que no molestan,
oídos
que sólo miran,
Para estos animales caprichosos
de
las manos crecen pequeñas norias;
y
un tiovivo con liebres de goma,
y
palomas de madera,
y
manías persecutorias,…
… el
mundo se mueve solo…
… y
todos los hocicos dan vueltas
persiguiéndolo.
Junto
al chamaco, de greñas y churretes colmado,
corretea
un sabueso de mármol;
acaba
de recibir su premio,
de
su pelo toda moda brota, escupiendo;
reparte
su arte de rizos
que
huelen a fragancia de fiesta,
destierra
al infante mugriento,
baila
en bodas de mil paseos,
levanta
su perruno imperio.
Me
siento en el banco con el sol de cara,…
…
¡acaricia
tanto cansancio de juegos!
En
un sueño nuevo sólo hay tusos,
cunitas
con gozques cantores,
chuchos
en arrugados brazos,
emperrados
biberones,
la
perra de mil caprichos,
la
ausencia del pañal perfumado
en
la piel blanca que molesta,
todos
los rizos artificiales que se pintan
en
un can que no juega en los charcos,
que
ya no tiene su mar en la calle,
sólo
un civilizado baño de jabones
donde
un niño reinaba sin saberlo.
Todos
son ya peludos rorros;
peinados,
lavados, limpios,
castrados,
vestidos, sempiternos;
los
nuevos pitusos de una ciudad de perros
que
se empeña en aullar,
en
mover un rabo de obediencia;
una
galleta aquí, que su majestad lo ordena;
una
caricia allá, medicina de tristezas;
que
ya está contenta de vivir saltando
junto
a la cola trenzada de modas que ladran,
entre
los cantos mudos de sus borrados vástagos,
bajo
el recuerdo de esos llantos omitidos,
sin
el pecado de las personas yermas,
sin
el peso de sus palabras.
Y
el cachorro ya pasea a su niño,
mudo
de porvenir le acaricia;
de
la correa tira, sólo con la mirada,
órdenes
para que una infancia le siga;
saca
a andar al viejo solitario,
libera
a una madre sin hijos;
y
al padre que ladra siempre abre la puerta
porque
tiene frío.
Rafael Fernández- Pintado Muñoz-Rojas |
*
Nació
en Madrid en
1962,
donde estudió
hasta ingresar en la Armada. Allí ha desarrollado su actividad
profesional durante 41
años, sobre
todo,
embarcado. Suma más de tres
mil
días en la mar en misiones nacionales e internacionales. Ya como
contralmirante, en 2023 pasó a la situación de reserva. Es
Licenciado en Historia por la UNED. Ganador
del
XXIX Certamen Poético Internacional de la Orden Literaria de
Francisco de Quevedo (fue
nombrado Comendador de la misma,
2009)
y
del
Premio de Literatura breve Vila
de Mislata
2023 (Narrativa en castellano). Sus textos presentados a los Premios Orola de Vivencias 2020, 2021, 2022 y 2023 se publicaron en las XIV, XV, XVI y XVII Antologías. Ha obtenido también el
Segundo Premio en
el VI
Concurso Literario Pilarista de
Poesía (2016)
y el III Certamen Internacional de Poesía y Prosa Poética "Espejo de
Alicante" (Modalidad verso libre, 2023);
finalista del
XXVIII Certamen de Poesía y Cuento de Humor Jara Carrillo (2020),
accésit en el XIX Certamen Literario Vinos de La Mancha Lorenzo
Serrano (2021), finalista del
IX y
X Certamen
literario
Sierra
de Francia de
poesía (2023 y
2024)
y
del
I Certamen de Poesía “Ars
Magna”
Ciudad de Astorga (2024). Ha
publicado tres obras:
Una
luz en la ventana,
presentada
al VI Premio Literario de Poesía Multiverso (Grupo
Multiverso Editorial, 2020), Racimos
para estas tumbas,
Premio
de
Literatura
breve Villa
de Mislata 2023
(Colección Literatura Breve Ajuntament de Mislata) y
el poemario
Días
de Leviatán
(Avant Editorial, 2024).
Tercer Premio (ex aequo) del V
Concurso Internacional “Litteratura” de Poesía.
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