ladrón
de las pisadas
que
forjaron caminos
buscando
cuerpos de agua.
Errático,
insepulto,
paladín
de la nada,
del
sudor la apostura
sus
besos enmascaran.
Médula
del tiempo,
conciencia
que reclama
todo
lo que era suyo
cuando
la vida acaba.
¿Quién
osará robarle
los
secretos que ampara
su
dilatada mano,
Enemigo
de rostros
y
de líneas grabadas.
Depredador
en fuga
cuando
las nubes bajan.
Su
imperio tiene el polvo
debajo
de las camas,
cortinajes
vetustos,
rasos
de telarañas.
Invasor
indolente
posa
su oscura palma
sobre
serenas formas
y
adormecidas salas.
No
quiero ser el rayo
de
luz al que se agarra
para
subir al mundo
su
bandera sin alma.
Por
eso soy nocturno
marinero
hacia el alba,
cuerpo
de luna y nube
y
humedecida barba.
Busco
un amor eterno
por
cristales y calas,
bebo
de un solo trago
un
vaso puro de algas.
Contra
la mar el polvo
vanamente
batalla.
No
poseerá tu cuerpo
entre
mis brazos de agua.
Gracias. Un abrazo, Jordi.
ResponderEliminar¡¡Muchas gracias a ti, Jesús, por colaborar con nosotros!!! Un fuerte abrazo
EliminarUn poeta magnífico, que nos regala instantes y reflexiones de alto nivel.
ResponderEliminarUn poema sensacional, gracias por compartir. Un abrazo
Gracias a ti, poeta, por leerme.
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