Foto: Villa El Habano (www.tripadvisor.co) |
De veras que a mí me revienta
ir a Oriente, si no fuera por mi mamá y mi hermana no iba ni en sueños, eso está
más malo que el cake de las madres, que pa colmo ni lo hacen ya. Allí hay un
perro hambre, por las noches no hay dónde comerse un bocadito, tomarse un
refresco o echarse unas lagers. ¡Aah!!!!, y ni hablar del calor, estoy loco por
viajar y hacer unas balas pa comprarme un aire y ponerlo en mi cuarto, pa
cuando yo vaya dormir rico, a pierna suelta. Nooo, de la conexión ni me
preguntes, es un atraso que pa qué te cuento, aquí las 4G y allí apurao las tres,
fíjate que yo, que tú sabes pa lo que estoy, cazando lo de la página de citas
para Panamá, no pude abrir ni un día, estuve botao en eso todo ese tiempo que pasé allá.
Sí, mi gente vino, el día
veintiséis desde las tres de la madrugada salieron para Holguín, imagínate, mi
hermana con esa tonga de hijos y el marido sin pasajes, fueron pa la lista de
espera, que dice que estaba prendío aquello, pero que le dijeron que estaban
poniendo extras y esa noche salía el tren, que era otra opción. Llegaron a la
terminal como a las seis de la mañana, mi cuñado fue a la estación de trenes para
ver si se anotaban y le dijeron que ya habían anotado desde el día anterior, es
del carajo eso de la viajadera, y para ellos peor porque eran muchos, y para más
remate mi hermana le traía a mi papá unos aguacates, plátanos, paquetes de
jaiba, café y unos pescados que pa mí no llegaban, yo le dije que no trajera
nada, pero ella es lo más cabecidura que hay, yo sé que lo hace por no venir
con las manos vacías, pero corría el riesgo de perderlo o que se le echara a
perder.
―¡Mijo!! Atiende lo que estás
haciendo, pon el doble siete y no te atrevas a cerrar el juego.
Oye, a las tres de la tarde
fue que pudieron coger algo, la guagua Holguín-Habana tuvo como ocho fallos y
ahí pudieron venir. Fíjate que tuvieron suerte, que no les pesaron ni los bultos,
dice mi hermana que delante de ellos se montó un hombre que parece que estaba
super pasao, y que el tipo de la pesa se puso en fase y no lo dejaba montar si
no pagaba el sobrepeso, y cuando les tocaba a ellos el chófer formó un
tropelaje porque era tarde, y les dijeron: “Pasen, pasen”. Y ni los miraron mucho.
Llegaron acá como a las tres
de la mañana, reventados, y aquellos muchachos eran un pegote de sudor y de churre,
y a esa hora tú sabes que mi papá tenia el carro en casa del chófer, él como
siempre tan revolucionario. Tuvieron que alquilar un carro, y a esa hora se la
afincaron a siete pesos.
―Mira a ver qué vas a hacer que
yo paso, no tengo pa responder ahora. Y no te marees que se te calienta la
cerveza, papá.
Yo me fui pa casa de mi father
el jueves y mi hermana llegó el martes. ¡Ah!!, ya tú sabes cómo se pone mi
papá, se puso contento porque los niños estaban aquí, mi hermana tiene un chamaquito de
cuatro años que es un pase, y era una jodedera el día entero. Estábamos
preparando para el cumpleaños, que fue el veintinueve, y había nada más y nada
menos que dos niñas esperándonos, fresquecitas para devorarlas. ¿Qué Bucanero?
¡Eran Cristal, papi, cristalinas puras! Oye, ese padre mío es un loco, tenía
allí unas botellas de vodka de un litro, de las que prenden, y una pierna de
puerco, con dos lasañas que partían el alma. A mi padre sí le gusta beber, y cuando
se junta con los socios, lo que meten es lo que meten. La pasamos bien, mi
hermana y mi cuñado cuadraron desde allá de mi casa que saldríamos, querían ir
a la cuevita y a algunas tiendas para comprar las cositas que te dije, pa ella
vender allá, pero Lisi le dijo que los iba a llevar al Planetario y a la Cámara
Oscura también, para que vieran y los muchachos salieran y se divirtieran.
―Compadre, tú no vas a poner
una hoy, estás del carajo, José. Te dije que no te doblaras, que nos van a
parar, esta gente está loca por sacarnos de circulación.
Al final nos fuimos pa la cuevita,
mi hermana compró cantidad de cosas, y yo le llevé de aquí también unos
vestidos y unos calenticos que estaba vendiendo el chama del segundo piso, que
tú sabes que llegó hace unos días de México, y me los dejó baratos porque le
dije que eran para mí. Compraron después en las tiendas, fueron por allá por Regla,
por el boulevard de San Rafael, y en Reina que hallaron algunas cositas también.
Ya después estuvimos en el cumple, gozamos la papeleta, ese papa mío es lo más jodedor que hay, a todo el que lo llamó para felicitarlo, él le decía que la casa estaba invadida por la plaga del caracol africano, que le hacía falta un poco de cal para regarla afuera de la casa. Eso lo dice por la cantidad de gente que había.
Ya después estuvimos en el cumple, gozamos la papeleta, ese papa mío es lo más jodedor que hay, a todo el que lo llamó para felicitarlo, él le decía que la casa estaba invadida por la plaga del caracol africano, que le hacía falta un poco de cal para regarla afuera de la casa. Eso lo dice por la cantidad de gente que había.
―¡Sííí! ¡Ésa era la jugada,
coño, que hacía falta! Sigue así que vas bien, campesino.
Ya, mijo, después de eso se
fueron para la Maestranza, bajo un palo de agua que tuvieron que meterse en un
hotelito que está en la avenida del Puerto, para que los muchachos no se mojaran.
Al rato se fueron pa allá, ya eran como las diez de la mañana y estaba cerrado
el parque, pero no, al ratico abrieron, dicen que hacía media hora que habían
abierto, pero estaban cerrados por la lluvia. Fíjate, si aquí todo es un descaro,
que dice Lisi que hacía media hora que habían abierto, y cuando fueron a buscar
en los puntos de venta con las papeletas de los niños, ya no había confituras, sólo
pellis de ajo y de jamón. ¿Qué tú crees de eso?... ¡Esto es un descaro y no me
escondo pa decirlo! Naaa, pero al final montaron aparatos, corrieron, se
divirtieron, y cuando llegaron a la Habana Vieja, adivina qué, tanto que lo
pujaron y lo planearon, estaba todo cerrado. ¿Qué va a ser, mijo? La Cámara Oscura.
Pero ahora yo te pregunto: ¿Cuál es tu interés por saber de todo eso, mijito,
no me digas que te gustó mi hermana?... Aaah, porque te veo frito, esa sí no
transa. Olvídate de esa jeva y canta bolero.
―Vaya, papi, mira, para que
veas que te aprecio, come, dale, que si bebes y no comes, te enfermas. Esos son
de los pescados que vinieron del mas allá, del lejano Oriente. Y para que veas
que yo soy un perro en esto del dominó… capicúa y ganamos.
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