viernes, 17 de diciembre de 2021

Cicatriz......Hugo Díaz*

Ganador del IV Concurso Litteratura de Relato

Lugar siniestro este mundo, caballeros.
NIKOLAI GOGOL
 
Foto: Stanley Kubrick, El resplandor
El tono de voz salió impostado. Alargaba la última sílaba de una palabra que parecía quedar suspendida, hasta elevarse otra ya macerada dentro de la boca, con labios pintados que se mezclaban con el color de la sangre. Después de limpiarse, repitió el insulto con suficiencia, lo largó sin rabia pero con fuerza, como queriendo dejar una marca, un rastro en algo plano y contundente. 
El dolor era un recuerdo: las manos grandes y frías de su padre. Los golpes que había recibido esa noche contenían el mismo desprecio, la misma necesidad de colocar la orfandad en la cara, y marcar la diferencia con hilos de sangre en la comisura. También oyó gritar las mismas palabras: trolo, marica, puto. 
La primera vez que las escuchó, con vehemencia y con estragos de culpabilidad, fue cuando lo descubrió el padre practicando el juego que había propuesto Omar, el vecino, en el patio trasero de la casa una noche de verano. Recién llegaba de la carnicería y ellos no lo oyeron en ningún momento. Al limpiarse la sangre que brotaba de la boca, quitó también trozos de carne cruda de vaca, casi molida. Pero no dejaría de jugar con el muchachito de pelo rubio y fino que se despeinaba en cada gesto, mientras le quitaba el largo flequillo de los ojos. 
Tiempo después se marcharía de la casa tras negarse a trabajar en la carnicería, en el negocio familiar. Y perdió todo contacto con Omar. 

 

Ese día, al salir de su cuarto alquilado, cuando la noche se desplazó en el espacio cuarteado por el crepúsculo del invierno, un auto detuvo la marcha, bajaron dos muchachos y la alcanzaron. Uno de ellos quería que los acompañara a beber algo e insistía en que le dijera su nombre. 
            El que estaba un paso más atrás que el primero, la reconoció. Aseveró que era el hijo del carnicero. El otro manifestó que no podía ser y se acercó más. Ella dijo que le conocía bien, y acomodó el flequillo que molestaba la visión del muchacho. 
Después del golpe, subieron al auto y huyeron. La herida paró un taxi. Llegó a la carnicería del padre. Se adelantó a la clientela. Se limpió la sangre en la boca con el puño del abrigo. Tomó un cuchillo de trinchar. Se levantó la pollera, se descubrió el sexo y antes de cortar, repitió: “Yo también te quiero, hijo de puta” 


Hugo Díaz

* Nació en Santa Isabel y reside en Rosario (Argentina). Estudió Letras y trabaja como profesor de Lengua y Literatura. Comenzó escribiendo poesías, y algunas de ellas han sido publicadas en antologías. Dentro del género cuento, ha obtenido premios en diversos certámenes: ganador del Concurso ICES, Venado Tuerto (2015), mención especial en el Certamen Nacional Municipal Azul (Buenos Aires), segundo premio en el concurso de la revista Gambito de Papel (La Plata), ganador del Concurso Un Homenaje, Fabricio Simeoni (Rosario, 2019), primera y tercera menciones en dos convocatorias del certamen La hora del cuento (Córdoba). Cuentos suyos forman parte de las antologías Relatos del mañana (Emporio Ediciones, Córdoba, 2020) y Grandes microrrelatos (Editorial Equinoxio, Mendoza). También ha colaborado en revistas literarias nacionales y del extranjero, como la Revista Temporales, del MFA de Escritura Creativa en Español (New York University). Ha publicado el libro de cuentos Lazos brutales (Editorial Reloj de Arena, Entre Ríos, 2020) y la reciente novela corta El mal del reflejo (Alción Editora, 2021). Es el ganador del IV Concurso Litteratura de Relato.

2 comentarios:

  1. Felicitaciones al ganador y al Litteratura, que sigue al frente del cañón, promoviendo literatura emergente de buena calidad. Un abrazo a todos y felices fiestas.

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    1. ¡¡Mil gracias por tus palabras, José Aristóbulo!!! Y gracias también de parte del autor. Felices Fiestas y un fuerte abrazo desde el otro lado del charco

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