de cereza
y de limón,
las
estrellas de tus ojos
prenden
en el corazón
de
mirar arrepentido,
por si se quiere quedar
a tu
lado
y no le bastan los rescoldos
de
otros besos olvidados...
¡Ay,
corazón!, que me quemas
cuando
la oigo suspirar,
y
hasta paras un ratito
tu
enfermizo caminar.
Dame
tus manos de nácar,
dame tus
manitas frías,
que no
le temo a la vida
si
estoy en tu compañía;
déjame
que me despierte
acurrucado
a tu vera,
que
ahora estoy solo de noche
Llévame
contigo al río,
que esta
noche hay luna llena,
llévame
contigo al río,
que el
agua lave mis penas,
que tu
pelo sea mi manta
y tu
pecho, mi almohada,
que
tus sueños sean mi cama,
lucero
de la mañana.
¡¡Muchas gracias de parte de Jordi, Quimera!!!
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