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Foto: Ernest Hemingway e Inge Feltrinelli en Cuba |
Mire,
fíjese bien que el papel aguanta lo que le ponen, pero eso sucede donde quiera,
acá y en la Conchinchina. Ya ni sé la cantidá de años que ese muchacho se fue
de acá y ni tan siquiera una postal le ha mandado a la mamá. Eso no se hace, no
está bien. A veces me da pena y me acerco a su casa y le llevo una mano de
bungos, porque esa gente pasa un trabajo del copón. La pensión que cobran es
muy bajita y no alcanza el dinero para nada, pero que para nada, bueno, la
pensión que cobra el marido porque ella nunca trabajó. El dinero de acá de este
país no vale nada, chico, para qué engañarnos, por eso le ha dado la
matraquilla a los muchachitos de irse de acá, y venden lo que sea para reunir
el dinero y largarse. No sé… No sé si fuera la cosa está como para vender todo
y comprarse un pasaje y buscarse la vida por ahí. Unos dicen una cosa y otros
dicen otra, y ahora le ha dado la matraquilla a las muchachitas de irse a
bailar el tubo, que me agarre yo de dejar que mi nieta haga una cosa así, que
vete a saber cuándo un señor se te acerca en un bar de esos y dios sabrá las
intenciones que hay viajando en su cabecita, pues se van y después son los
problemas. Yo le digo Mira, Yeilín, porque se llama así la hija de mi hija, que
no sé por qué le ha dado a la gente de poner esos nombres que salen en las
telenovelas o en películas de afuera, ni sé… Pues eso del tubo es que llegan a un
bar y hacen una componenda con el jefe de ese bar para bailar en blúmer y en ajustadores, y toda la gente ahí manoseándote con los ojos, cómo va el mundo, por cuanto en mis tiempos eso se veía, pero que ahora esas cosas se hayan vuelto
como normales, y la mujer anda por ahí suelta en la calle que ya en la casa ni
quieren estar, y esa moda de trabajar ella y ganarse los pesos, uff, no sé. Yo
noto que andarán en algo raro con el Piter ese que se compró la casa de al
lado, porque ese muchacho no es de acá, y como se compró esa casa pues a lo
mejor tiene plata, y si ya está con metederas en casa de Ofelia, y Ofelia tiene
una sobrina de viene de Báguanos los fines de semana, no sé ni qué pensar. Esa
muchachita no tendrá entodavía los dieciocho años, así que no sé en qué andan.
Ayer mismo fui y que qué tal, le pregunté así como el que no quiere la cosa. Y
como los mandados no han llegado a la tienda, pues me dio por decirle si
necesitaban algo, en el terrenito que tengo hay unas cuantas matas de plátanos
y de malangas y otras cositas, y como mi nieto está fuera y nos echa una mano
de cuando en cuando, la vida no es que nos sonría del todo, pero como se dice, Dios
aprieta pero no ahoga. Para mí que se andan en algo con ese Piter, acá en esta
isla hay que andar con mil ojos porque muchos sinvergüenzas vienen a coger
mangos bajitos, seguro que en sus países no se les ponen tan fáciles las cosas
con las mujeres, y vienen acá y como hay muchas necesidades y se pasa mucho
trabajo, pues ya se pueden ustedes imaginar, no es complicado, no señor, ¿tiene
rayas y anda en cuatro patas? Pues un tigre, no hay que pasar por la escuela
para saber eso. La del comité vino anoche y como sin querer, me preguntó qué
tal la vecina, y que si cumple con las actividades del barrio y que si
colabora. Que todo bien, le contesté. Ahora que no se venga con mucha
preguntadera porque ya sabe todo el mundo en el barrio que su hija no es trigo
limpio. Dejó el trabajo y ahora se compró esa muchacha una moto de esas que
traen la gente de Panamá para revender acá en la isla, ¿y si no trabaja y no
tiene dinero para una moto de esas, de dónde sacó el dinero? Además, que viste
con mucha ropa de la gente de fuera, de la yuma, como dicen ahora. A esta isla
la han querido joder siempre los americanos, pero eso no lo van a conseguir
nunca porque no se lo vamos a permitir. ¿Que atacan? Pues les responderemos, no
nos quedaremos con los brazos cruzados como si fuéramos unos guanajos. Qué bichos
más bobos esos. Que ni se atrevan porque mejor que no, una tercera se arma,
fijo que sí. El otro día la del comité nos hizo una charla sobre lo que pasa en
Venezuela, que ahora los yanquis están apostando barcos en las aguas de las costas
de ese país y quieren meterse con ellos, pues que no sean bobos y no se dejen
engatusar y no sean guanajos. Ahí estaba su hijo, sin decir ni este pico es
mío, y andaban hasta en un carro de esos que son de fuera y con un muchacho que
ni sé si era de acá, y la del comité hablando de los valores patrios y esas
cosas, y la misma hija ahí en su cara dándose el buchito de ron con el muchacho
ese, que tuve ganas de decirle, Mire, Ofelia, uno no puede ser candil de la
calle y oscuridad de la casa, porque no se puede estar hablando de lo que
hablaba y la misma hija burlándose en su misma cara. Llegué a casa hasta con
dolor de cabeza y me tuve que tomar una pastilla para que se me fuera, porque
después del noticiero quería ver un partido entre el Barcelona y el Real
Madrid, qué clase de bronca se arma en los estadios esos cuando juegan estos
dos equipos, acá en el Latino de la capital no es nada para lo que se forma por
esos sitios, que dicen que hasta encordonan todo el estadio para ver si la
gente pasa bebidas y armas al campo para después formar sus chanchullos. Yo
pienso que uno tiene que ir a esos lugares pa pasárselo bien y no meterse en
broncas. Pues me tomé la pastilla y después ya pude ver el juego. A ver cuándo
al fin viene mi nieto, y creo que vendrá con una novia que se echó en
Barcelona, no es seguro, pero según lo que hablamos el otro día cuando llamó,
creí medio entender eso. Veremos por dónde le entra el agua al coco. Ahora que
me recuerdo, tengo que tumbar unos cocos, está un poco alta la mata, pero
trataré. Y tengo que quitarle del tronco toda esa cantidad que le asfixia las
raíces, a los árboles hay que dejarlos respirar, ellos tienen derecho como
nosotros. Mi mujer dice por qué no hacemos paletas, que las vuelan los
muchachos de aquí al lado de la secundaria, ufff, y que no hace falta sacar
licencia, que para ese dinerito no es necesario ir al municipio a sacar licencia ninguna,
pero hay que andar con cuatro ojos, le digo, ahora están metiendo multas por
todo, que Nora, la que vive detrás de Correos, lo hace y que no pasa nada, Nora
es Nora y nosotros somos nosotros. Que Nora haga con su vida lo que quiera,
pero nosotros no podemos estar copiando a la gente, y que no estamos tan
apurados de dinero como para estarnos arriesgando a que nos multen, le digo. Ay,
Eusebio, tú siempre maleando las ideas que se me ocurren, le digo que eso no es
una idea sino un despropósito. Y que cuanto más estén agarrando a la gente, que sale por la tele, que los cogen en esos dimes y diretes de cosas del
Estado, pues que está para eso la policía, que a ver en qué andan esos, y qué
llevan, y cuánta gente los visita y para qué. Ahora no sé para qué nos llamó
Ofelia, que en un rato se pasa un momento para comentarnos no sé qué cosa de la
vecina de al lado y que trae un papel para que firmemos. La que agarró el
teléfono fue mi mujer. Y veremos de qué se trata el papelito ese, ya les digo
que el papel aguanta lo que le ponen. Yo antes ni a jodía firmaba un papel así
a lo loco, que por eso hay millones de negligencias en el municipio, como
no están pendientes de lo que tienen que estar pues te dicen fírmame aquí,
señor, y luego en casa te encuentras que hay lo que conviene que haya, y cuando
hay que arreglar, pues búscate un cuño pa eso y cinco pesos de cuños para
esto otro. Estuve a punto de decirle medio en broma a mi mujer, Oye, búscate un
temba que te mantenga, chica, pero mejor no, porque si se le revira el coco va
y me puede soltar Oye, en esta semana no cocino, así que arréglatelas como
puedas porque voy a ver novelas. Y bueno, como mi mujer es la mejor cocinera
del mundo, no puedo arriesgarme a perder ese pargo, que luego para pescar hay que
salir mar afuera y estoy muy viejo para eso. ¿El papel? No solo aguanta lo que
le ponen sino que a veces dicen una cosa y están diciendo por detrás otra, por
eso hay que estar alerta. Veremos lo que se trae entre manos esta mujer, pues
tampoco es muy trigo limpio que digamos, su misma hermana, que vive en el mismo
edificio, todos en el barrio sabemos que vende ropa por la izquierda, como
decimos por acá, así que no se ande con mucho… El otro día la vecina me
preguntaba que qué pasaría, que su hijo no le manda ni siquiera una postal, se
fue del país hace mucho tiempo, y nones, nada de nada. Eso no se hace, cuando
los muchachos se van por ahí a mataperrear y a buscarse la vida como quien dice,
pues no es justo que hagan eso, pero nunca se sabe, él se fue de acá de la isla
muy molesto con la mamá, porque la mamá no se ocupó de visitar al papá cuando
lo tuvieron en la sombra por andar en conversa y diretes con los extranjeros
que llegaban al puerto cuando Lengua de Pájaro era quien era, ya no, ya todo
esto se ha quedado muy desolado, lo que hacen los jóvenes de acá es agarrar los
matutes y largarse para la capital, y de la capital irse para fuera. Esto está
del carajo, y los alimentos y esas cosas se ponen más caros cada día, así que
ya se pueden ustedes figurar. Y como los americanos sigan en su fastidio de
estar queriendo esto para colonia, pues ni se sabe dónde parará esto cualquier
día. De colonia nada, que ni se lo piensen. Esto cada día se pone más malo con
eso que anda, pero la gente no hace caso y luego se quejarán de que el país no
hace nada, para criticar siempre aparecen más que para proponer, así que ya se
pueden ustedes figurar. Pasó un señor vendiendo unos pescados y que tanto, que
por qué tan caro, que ahora la cosa está mala, me dice. Y que a un primo suyo
que vive ahí en la Caballeriza lo acaban de meter en cana porque mataron una
vaca y se la comieron, que aquí en este país es mejor matar a una persona que
no a una vaca, Dios me libre de decir esas cosas, no hay que matar a nadie,
pero una vaca en esta isla es sagrada y se penaliza, no se puede, ni los dueños
de ellas se las pueden comer, hay que rellenar un montón de papeles para
justificar unas cuantas cosas, así es la burocracia en el mundo, no es solo acá,
mi nieto me dice que allá por las Españas también sucede, que un poquito menos
pero que también hay que hacer un millón de papeles para cualquier guanajá, o
tontería, como se dice allí. Que ahorra para ver cuándo viene, y que no se
olvide de traerme la linterna y que si me la trae con pilas pues mejor, que
espera que en el aeropuerto no le pongan peros ni trabas, me dice que si tiene
que tocar a alguien para que mire para otro lado pues que lo hará, le dije sin
decirle que esas cosas no se hacen, que mejor marchar por el camino correcto,
el asunto es que uno nunca sabe quién está detrás de esas llamadas y mejor no
meterse en problemas, que estamos en una isla y al estar rodeado de agua por
todos lados, eso no está bien. Al final, donde la vecina hicieron un motivito
con los amigos esos del cumpleaños, la cosa no pasó de ahí pero ya les dije que
hay que andar caminando sobre jabón, porque sin querer resbalas y te caes, y
sin querer también, pero queriendo, te albergan unos cuantos años a la sombra.
Ya se verá dónde termina eso, pero esta gente no acabará en nada bueno en ese
tipo de metesón y con esa gente que no son de acá del país. Aquí se respeta más a los extranjeros que a la misma gente de acá, ¿por qué? Pues no lo sabemos
bien, pero ocurre. Mi nieto dice que allá en Cataluña, donde vive, ningún
forastero venga del país que venga tiene más derecho ni ventaja que ningún
catalán, es que acá vivimos del turismo, claro que eso no justifica nada, pero
a esas personas hay que tratarlas de butin, porque si se van incómodos, o
enfadados como dice mi nieto, pues no vuelven y se ponen a malparir esto, y
mejor que no. Bueno, traen la plata, al no tener muchos recursos esta isla pues
tiene que depender de las muchas importaciones y de los que vienen de fuera a
gastar su dinero acá, que hasta vienen muchos viejos a buscar muchachitas
jovencitas para hacer sus cosas, que ya se ha dado el caso de que la policía ha
pescado a gente haciendo eso. Yo acá en este monte perdido, con sus cosas
buenas y no tan buenas, pues no se me ha perdido nada por ahí, así que por acá
me quedo, el mar lo tengo cerca y cuando un día me dé por ir a echar una pescada para ver si se me pega algo, pues a lo mejor tengo suerte y vengo con
un par de pargos y hasta me puedo buscar unos pesos vendiéndolos, bueno, es que
para eso tendré que pedirle a mi nieto que me mande unos cordeles de curricán,
que son los buenos, o cordel catalán, como dicen que decía el escritor ese que
vivió una pila de años acá en la isla y hasta se compró una casa en una tonga
de pesos y tenía un ceremil de gatos, pero bueno, ése ganaba bastante plata
para alimentar a esos gatos y bebía una barbaridad ese hombre, después dicen
que se cansó de vivir la buena vida y se pegó un tiro, y que luego la mujer
vino y se llevó las cosas que estaban en la casa y les dio dinero a los que
trabajaban con él, que eran una tonga de gente, y creo que el barco en el que
salía a pescar con su amigo se puso en un museo por allá por la capital, eso
dice, o creo que alguna vez se lo escuché a mi nieto decir. Donde quieran las
cosas parecen fáciles, pero no son tan, siempre hay que andar rellenando
papeles, y ve aquí y que me firmen esto, y llégate allá y que me firmen ese
otro papel, así que figúrese, donde quiera es un mete y saca y hay que andar
con ojo. Ese muchacho del pescado no me recuerdo dónde lo he visto pero me
suena su cara, haré memoria para ver por dónde le entre el agua al coco, porque
de que me suena, me suena. Veré. Ahora nos avisaron de que la hija de Marcia,
mi prima hermana, está ingresada en Mayarí en la sala de maternidad, es que los
muchachos son una bendición siempre, hagan lo que hagan son siempre una
bendición y hay que quererlos así. Trataré de darme un saltico y acercarme por
allá para verla. El transporte está del carajo para ir, pero miraré si agarro
la guagua esa que sale de la fábrica que lleva a los obreros y me vengo en ella,
porque viene de regreso por la tarde, a lo mejor tengo suerte y puedo comprar
en Mayarí algunas cositas que no encuentro acá en Lengua de Pájaro, porque las
cosas llegan de la provincia al municipio y allí se estancan un poco y llegan
muy pocas acá, así que veré que se me pega por el municipio. De veras que con
la cosa esa de fastidiarnos con la gasolina, como le están haciendo ahora a la
famosa Venecia del Caribe, como dice mi nieto que le pusieron así los
conquistadores, que nones conquistaron, pero que bueno, es Venezuela, que para
eso no hay que andar confundiendo a la gente más de la cuenta, que luego pasa
lo que pasa y aquél que oyó acá una cosa y al decir eso que oyó, ya dice algo
que no fue lo que dice que oyó sino otra cosa muy diferente, y de ahí a los
líos que se forman, pero donde quiera es así, en una cola de la tienda, o en
una cola cuando llegan los dulces a la cremería, que eso es de Pascuas a Ramos,
pero se forman unos berenjenales del copón, yo acá con mi señora tranquilito y
si se me da pues algo nos cae, y si no se me da pues por eso no me voy a matar,
que la vida es una sola y no hay que andarse con tantos miramientos. Al lado
tenemos el mar para bañarnos cuando nos da por ahí, y así nos refrescamos, la
verdad es que el salitre fastidia las cosas y no tenemos la pintura esa que la
gente les pone a las puertas y a las rejas para que duren más, ni aparece, pero
hay que conformarse con lo que uno encuentra y que no se nos quite el sueño si
no aparece tal o más cual cosa. Ahora mi señora está un poco nerviosa porque le
cuesta una barbaridad conseguir la ergofeína, si somos potencia mundial, pero
nos impiden que nos lleguen cosas al país que necesitamos, los americanos esos
que son unos sinvergüenzas, mucho primer mundo y mucho que hay de todo pero le
deben muchísima plata a los chinos, eso me lo ha dicho mi nieto que ha leído
libros que tratan, mi nieto se ha puesto hasta fino y dice, abuelo, abordan
esos temas, y esa gente le debe un cojonal de dinero a los chinos, pero hay
presidentes que se ponen nerviosos y como saben que no pueden pagar pues se
ponen con amenazas y que subo estos impuestos y te aumento los impuestos de no
sé qué, así es el rubito ese que ahora gobierna por allá por el norte, se cree
que el mundo es un negocio que él tiene que manejar a su antojo y no está bueno
eso, veremos por dónde revienta esa manguera y la presión que tiene el agua
cuando eso suceda. Pasé hace un rato por la farmacia y vi a una pila de gente,
así que algo llegó y tendré que averiguar y hacer cola, no sabemos para qué
hacer cola, pero para lo que sea, hay que andar así, así lo hace mucha gente
que ven una cola y piden el último, por si acaso, por si algo llega, no sea que
ese algo tarde un tongonal de tiempo en volver a llegar, así que ven una cola y
piden el último, y después se enteran de eso que llegó y si vino mucho o no
vino tanto, pero por si acaso hay que hacer cola para lo que haya llegado, y
están los que hacen dos o tres veces las colas, porque a veces venden el turno
y se sacan una platica para ir tirando, porque hay gente que no cobra
jubilación ni nada y tienen que hacer mil cosas para ganarse algo y poder pagar
lo básico en las tiendas, menos mal que esas cositas no cuestan tanto y el que
más y el que menos puede permitirse pagarlo, porque para eso el estado ayuda,
pero el Estado no puede mantener a los vagos, que bastantes hay, eso no
debería hacerlo por muy socialista que sea el Estado nuestro, por eso hay gente
por ahí que quiere cambiar esto, y eso no se lo permitiremos, no señor, ahora
que esto de mantener vagos y que viven en la holganza, pues eso tampoco es
bueno para que un país se desarrolle y crezca, que dice mi nieto, muy martiano
mi nieto, que hasta el mismo apóstol habla de eso en sus escritos, me dice mi
nieto, que ahora cuando le entra la morriña y echa de menos la isla pues se
pone a leer a Martí, yo muchas obras he leído del poeta, porque todo no puedo,
son una pila de tomos y tenía que dedicarle horas y horas a preparar mis clases
de Historia, pero mi nieto sí, que se llevó para Barcelona las obras completas
de Martí, ni sé la cantidad de plata que le cobraron en el aeropuerto de allá
para que le dejaran pasar toda esa cantidad de tochos, como dice mi nieto que
les llaman a los libros que tienen muchas páginas, porque ahora se le han
pegado muchos decires de allá y yo me recuerdo de algunas palabras que se
decían cuando los tiempos de mi abuelo, que se vino de España cuando por
aquellos lares se pasaba un hambre del carajo y venían para este país a
buscarse los frijoles, que a veces hay presidentes que no se acuerdan de eso,
en este mundo no hay nadie puro, todos tenemos un poco de todo y, como dice el
refrán de acá, el que aquí no tiene de Congo tiene de Carabalí, esas eran
aldeas de las que se trajeron muchos negros de África hace mucho, y esos
negrones se empezaron a mezclar con la gente de acá y los colores prietos se
volvieron menos prietos, y hasta hay quienes dicen que para atrás ni para coger
impulso, esos son los racistas, que los hay bastantes en esta provincia, los
blanquitos porque no quieren ajuntarse con negritas y hasta los mismo negritos
y negritas que no quieren empatarse con blanquitos, hay racismo de las dos
partes, sí señor, yo sé lo que me digo. Eso no debe ser así, todos somos hijos
de Dios, y eso el altísimo lo ve y el que no se porta bien en esta parte de la
orilla, como dice mi nieto, pues tiene su castigo cuando le llega el turno,
porque nos llega ese día y pobre de aquél o aquélla que no haya hecho las cosas
correctamente y como se debe. De más joven yo iba a las misas de Marcané, ya no
porque mis años no me dejan, no puedo andar de trotamundos por ahí y mucho
menos como está el transporte, ya no tengo edad para esas cosas, pero lanzo al
altísimo mis oraciones todos los días, él nos escucha, si la gente fuera menos
codiciosa y más espiritual no estarían pasando las cosas que pasan, y mucho más
ahora que no se sabe ni dónde terminará esto con ese mal que llegó ahora. No
puedo ir a Marcané pero no desatiendo al que todo lo puede, porque del barro
vinimos y al barro vamos a volver. Ahora, como la cosa se ha puesto difícil,
hay gente que anda loca comprando un pedacito de tierra para sembrar, pues no
es mala idea, no, pero no hay que dejar las cosas para última hora, las cosas
hay que prevenirlas, no es para que ahora naden como locos muchos y muchas que
tienen un trocito de tierra ahí en sus narices y no se les ocurrió nada, pero
como ahora apretó todo, pues ahora sí cuando ya la candela la tienen encima,
fíjate tú qué clase de previsión. Hay un dicho por ahí que dice que o bien nos
pasamos de la raya o bien no llegamos y puede que haya razón en eso. Fui a la
tienda a comprar los mandados y había una matazón de gente, y dos mujeres ahí que
se tiraban de los moños porque una decía que al llegar y pedir el último, la
que se lo pidió dijo que la que se lo dio no le informó que con ella marcaban
dos más, y entonces se armó una fajasón que al llegar Cecilia, total, le dije
que se fuera para casa y que los poquitos mandaos los comprábamos en otro
momento, yo no estaba para esos dimes y diretes, y mucho menos con mi edad.
Ahora parece que no van a permitir que monten en la guagua toda esa cantidá de gente que
antes sí, que nones, que hay que cuidarse ahora y más con todo esto que está
sucediendo, y no solo es aquí, también en otros países se han puesto del carajo
las leyes y las medidas, a ver cuándo al final puede venir el niño, que se
cuide por allá por esos andurriales y que se fije bien porque hay países que la
gente está armada hasta los dientes, Cecilia me dice que me están enfermando
las películas, y que se deje de sanacá, ya le he dicho, ocurre que hay por ahí
tiros y asesinatos y hay que andar con mil ojos y que si ella no ve las
noticias de cómo matan a los negros en los Estados Unidos, que a cada semana
siempre gotea alguien. Hará ni se sabe la cantidá de burujón de tiempo que no
vamos por allá por Maisí, de ahí es Cecilia, ya la mamá y el papá murieron y no
tiene a casi nadie por allí, alguna prima lejana, algún que otro pariente, eso
está en la puntica de la isla y cada vez que vienen esos desgraciados ciclones
y huracanes, esas malas épocas acaban con las casas, y cuando al río le da por
crecer pues ya pueden ustedes figurarse, menos mal que el Estado se ocupa de
ayudar a la gente cuando pasa una cosa así, mi nieto dice Que no, que al señor
Estado hay que cortarle un poco las alas y que deje de meter las narices en
todo, le dije que a ver quién le está metiendo esas ideas por allá por la
tierra de los gallegos, que a ver si se viene por acá con las ideas podridas,
porque los muchachos salen de acá de la isla mansitos y sin decir ni este pico
es mío, pero cuando pasan un tiempo por ahí mataperreando por el mundo ya se
contagian de las cosas malas de esos sitios y luego se ponen a decir boberías.
Pues que se aguante, que acá no le vamos a permitir boberías, y mucho menos en
estos tiempos que de lo que se trata es de ser más solidario con el que
necesita una mano. Ahora pinta y le han hecho exposiciones, como me dice, y la
semana pasá mandó unas fotos en las que se le ve con un montón de gente, y una
pila de gente con una copa de vino en las manos, emborrachándose, y que hasta
el Cónsul de la Embajada fue, pero no sé qué pasó que tuvo un dime o un direte
con alguien de esa oficina y se peleó con alguien de ahí por no sé qué
comentario que hizo, que se deje de estar opinando nada, las cosas a veces es
mejor dejarlas como están porque si uno se pone a revolver pues termina peor de
lo que entró. El Jordi, ese amigo suyo, que se dejen de andar en esas
bebederas, que ese amigo suyo es objetor de conciencia o algo así, luego me
aclaró que son esa gente que no quiere hacer el Servicio Militar, que cómo
concho piensan defender el país si lo atacan los americanos, para eso hay que
estar preparados y por lo menos saber manejar un arma, “Que no, abuelo. Eso era
en otras épocas”, me dice, que cómo se come eso, que se dejen de andar
buscándose problemas con la fiana, que uno sabe cuando entra en un calabozo
pero no cuando sale, que se puede entrar por una cosa de nada y dentro se te
puede complicar, mira lo que tuvimos que pasar acá cuando el hermano estuvo en
Dos Bahías, lo que pasó la madre fue del carajo, el papá hizo poco, apenas le
hacía la visita pero la mamá a cada rato, prepara una jabita de comida para
llevársela y busca plata por acá y busca plata por allá y préstame cien pesos,
papá, para comprarle unas cosas y algunos libros que me ha pedido, y claro,
como es mi nieto pues yo fajao, y haciendo las mil para conseguir el dinero para
que la mujer pudiera ir a verlo y llevarle las cosas. Un día fui y lo vi
bastante flaco, que si no comía, y como en broma le pregunté si ahí le quitaban
la comida, que no se diga de un Guzmán, le bromié. Y el muchacho, no, abuelo, “Aquí
es mejor mantener la línea dura para que los otros no te confundan con un
jamaliche, no, abuelo, mejor es no comer tanto que eso a la larga no trae nada
bueno en estos sitios, el que se pierde por comida en un sitio como este ya
puede darse por jodido, abuelo, que acá los tiburones están para ver dónde
resbala uno y cae, abuelo, y después ya no se puede hacer nada cuando te cogen
la baja, abuelo”. Ese día llegué a casa con mil ideas en la cabeza, y Cecilia
me hizo una manzanilla para que me pudiera dormir, porque el caso es que en ese
comedor de visita vi unas caras que, bueno, yo soy un hombre que no le temo a
nada pero sentí miedo, no voy a negarlo, y pensar que uno de mis nietos estaba
en ese sitio y todo por juntarse con dos más y comerse una vaca, ya lo dije,
ese animal aquí es una desgracia, vale más que una persona, menos mal que al
tercio de cumplir la sanción ya le pudieron dar la libertad condicional y logró salir,
y luego se le quedó chiquito esto y se fue para la capital a trabajar en un
contingente como ayudante, hasta que luego logró hacerse medio especialista en
albañilería, pero esa es una carrera que en esta isla y en estos tiempos es
algo que no se entiende, el caso es que acá para levantar una pared de bloque
hay como quince, y uno pasa por una obra en construcción y hay cuatro o cinco
fumando y otro por allá mirando el teléfono y aquel otro que se acercó un
momento a la cafetería para comerse una pizza, y cuando viene a ver la pared
esa que debían levantar en un día lo hacen en una semana. Su hermano me dice
que por allá por Cataluña no, ahí se trabaja o si no, te echan y a la calle,
que allí lo que se puede hacer en una hora o dos no se tardan un mes, Hay
estímulo, abuelo, la plata que se gana sí vale la pena romperse el pecho, y si
vas a tomarte un café te lo sirven en tres minutos y como el muchacho se tarde
más pone en peligro el trabajo, y nadie quiere perder su puesto, así que las
cosas ruedan de otro modo. No sé si el mundo corre muy deprisa y en cualquier
momento Cecilia y yo nos quedamos en la orilla de la carretera y botados de lo aprisa
que va todo por los mundos de afuera. Yo creo que no hay que coger tanta
matazón ni tanta corredera a lo loco por nada si de todos modos nos vamos a
morir, así que para qué tanta lucha, lo que pasa es que ya no somos tan jóvenes
y el tiempo de antes era otro, eran otras las formas de mirar a un mujer por
ejemplo, por cuanto uno no se ponía a conversar así en medio del camino con
alguna muchachita sin antes pedirles el permiso a los padres, y te daban un día
para que la visitaras y todo muy respetuoso. Hoy no, hoy es un ballú, y los
novios se separan hoy y al otro día ya las muchachitas están sonsacándose con
otro más, y hasta los mismos padres se prestan para eso, y si esa persona es de
fuera o viene de fuera o se va, pues más rápido porque ven la posibilidad de
una mejora y enseguida piensan, Que se vaya y que luego mande plata para acá.
El mundo se ha vuelto medio loco por las cosas que pasan todos los días, en las
mismas noticias, a veces ni tengo ganas de verlas porque ya no las entiendo y
me ponen nervioso, me recuerdo del muchacho ese que era fotógrafo, que le fue a
hacer la foto a un niño muy flaquito, medio enclenque ahí en un país de África,
y se la hizo y detrás o cerca el aura esa esperando que se fuera el fotógrafo
para comerse al muchachito, que de lo flaco que estaba ese vejigo daba muchísima
pena, porque aquí pasamos necesidades pero no así, qué barbaridá, y qué cosas
pasaron después con la vida del hombre ese, que mi nieto fue el que me dijo que
parece que se cansó de las presiones que lo machacaban por dentro, esa
palabrita me la mandó Ursito en una postal y cómo me gustó, pues a veces como
el que no quiere la cosa me sale, tantas ideas presionándole por dentro que el
hombre dijo hasta aquí llegué y se pegó un tiro, mire qué cosas, debe ser una
cosa muy pero que muy jodida ver que hay un pajarraco vigilando al niño ese
para comérselo pero el muchacho no poder hacer nada porque tenía que hacer
otras cosas, no sé, otras fotos a lo mejor para la prensa en que trabajaba, y que
luego se ganó no sé qué concurso de fotos porque a eso le veían arte o cosas
así, misterio, la vida es así, llena de misterios por donde quiera que uno vide,
como decía el Almirante, ¡y qué podemos hacer contra eso! Nada de nada, y todo
rueda y veré si al fin cuando me acerque por el municipio no hay tanta matazón
de gente en Inmigración, que ahora Ursito me ha pedido que si me puedo acercar
al Registro Civil a buscarle una Certificación de Nacimiento, que se la piden
por allá para ni me recuerdo qué trabajo que creo le tiene apalabrado al
muchacho un amigo del Jordi ese, y que a veces se le ha dificultado dormir y se
ha quedado en su casa, que allá no se ven las cosas que se miran y se critican
aquí, allí un hombre duerme en la cama con otro y no pasa nada de nada, pero en
este monte enseguida empiezan los chismes, que si andan en algo, que por qué se
acuestan en la misma cama, que por qué no se queda esa persona en una pensión
de las tantas que me imagino habrá en la ciudá esa donde vive, y hasta los
hombres se dan abrazos y se dan besos, son otros tiempos, ya le digo, fíjate
que le señalo Mira, Cecilia, y le enseño la foto y ahí había un hombre hasta
con una falda de cuadros, y mi mujer pega el grito en el cielo y se santigua, Dios
mío, y le digo No, mujer, que hay un país por allá por esos lugares donde los
hombres también usan faldas, que no me ha quedado en la cabeza cómo se llama el
país ese, tendré que volver a mirar la foto, veré.
Continuará...
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