miércoles, 6 de marzo de 2019

Compulsión......María José Martínez Santos*

Finalista del III Concurso Litteratura de Relato

Fotomontaje de buenosairespoetry sobre original de Michael Montfort
A veces me vuelvo compulsiva, irracional, capaz de pasarme la tarde entera tumbada en el sofá leyendo un libro, luego otro, si el primero fue corto. A veces llego al final con ansia, otras mordisqueo párrafos que agotan mi paciencia; o mis ganas. O ambas cosas a la vez. O primero una y, luego, las otras.
Me desperezo. Bostezo. Como pipas al ritmo de las letras que desfilan como soldaditos negros regalando legañas a mis ojos. Acabo la bolsa, termino el libro. Me siento vacía. Busco otro libro, abro otra bolsa, como más pipas. Me atraganto con mi propia saliva. El cuenco de cáscaras vuelca su contenido sobre el sofá.
¡Cagüenlaputa!
Arreglo el desastre y siento sed. Me arrastro hasta la nevera. Cerveza cero cero, nivel exacto de mi inspiración. Bebo la birra, dejo el libro, recojo las pipas, abro el portátil; batería baja. Conecto el cargador. Página en blanco, mente en blanco. Pensamiento en rojo, o más bien en morado. Se me nubla la vista. Regreso a la cocina, bebo litros de agua. Necesito morder. Rebusco en el armario, las gominolas se camuflan tras el arroz. Abre-fácil, abre difícil. Destrozo la bolsa y las como de dos en dos. Me duele el estómago, bebo más agua, vuelvo al sofá. Descubro una uña rota, mordisqueo otras nueve, por solidaridad.
Pi. Pi. Pi. Suena el móvil. Publicidad. Bostezo, vuelve a sonar, vuelvo a bostezar.
¡DESPABILA!
Pestañeo y tecleo veloz, nuevo récord, vieja partida. Me despejo. Miro el correo, fisgo Facebook. Se conecta Ramón. Me pilla in fraganti. Me aburre.
Hola”, “¿Estás?”, “Apareces desconectada
Bostezo.
No se, un error de la red
Error 404: Ramón.
Me aburro. Cedo. Comida china, botella de vino, noche de sexo compulsivo. Masturbación solidaria. Desahogo mutuo, uso en común. Utilizo su cuerpo, sus manos, su boca, su fuerza y su deseo, para mi propio desahogo.
Acabamos; no se va. Le miro y bostezo. Sueño con Bukowski y Miller en la sórdida habitación del Bates Motel. Suena Miles con su “Generique” entre el humo verde-rojizo de nuestros alientos. La vieja Underwood escupe folios con manchas negras. Escribimos a seis manos hasta desfallecer. Ellos borrachos, yo cachonda. Charles me baja las bragas, Henry me come la boca. Aúllo, retórica que no consigue alejar a Ramón, y escapo de mi cama, regreso a mi sofá, a mi portátil, a la soledad de la página en blanco. Bukowski recita a Baudelaire entre mis piernas, Henry tatúa “Sexus” en la humedad de mi espalda. Charles se corre, yo también. El cargador resbala y quema mi piel. Calor. Dolor.
Despierto. Pestañeo.
Cursor palpitante sobre lienzo blanco.
Comienzo a escribir.
A veces me vuelvo compulsiva…


* Asturiana con morriña, ejerce de funcionaria en tierras leonesas. Lee (a veces compulsivamente) cuando su mente en blanco no saca nada de provecho frente al ordenador. Narrativa, poesía, novelas actuales, antiguas… Le fascina la literatura gótica de finales del XIX, pero es capaz de disfrutar incluso releyendo las aventuras de los Cinco que modelaron su presente como lectora. Es adicta a las series de televisión y fanática del teatro, gracias a su paso por el ITAE de Gijón y su pertenencia a un añorado grupo de titiriteros bañezano. Fue finalista del I Certamen Alfeizar de Relatos, del que se editó un libro recopilatorio, con el texto La última vez. Como Eme Santos, ha publicado dos novelas: Tristísima Noche (2017) y Nordeste (2017), de venta en Amazon. Finalista del III Concurso Litteratura de Relato.

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