jueves, 17 de agosto de 2023

Un reno en la lejanía......Ur Olivero

 Para J y D, que me trajeron de la Venecia del Caribe unos ojos nuevos

Foto: Granja de renos Sieriporo (Laponia)
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En el documental, según la voz que narra la historia de toda la extensión de la sabana de nieve, la mujer tiene treinta y ocho años, pero el rostro demasiado atezado (como si las arrugas y estrías estuviesen contraídas y dispuestas a saltar en cualquier momento) informa que tiene más de sesenta y tantos. Alimenta con las manos a un reno que adoptó porque la manada lo dejó abandonado.
El sol avejenta y añade años, pero el mucho frío y las grandes distancias tundrescas, y el nulo o poco ajetreo de las grandes urbes también provoca eso, pero no se ve ni se siente a simple vista.
Fue Mauricio el que me llamó para comentarme lo de Viviana. Yo acababa de llegar de pasarme toda la domani en los alrededores de Montjuic, y hubo momentos en que no pude sortear la sombra de las muertes cuando la Guerra Civil del treinta y seis, y los fusilamientos y las fosas comunes, y la voz de algunos personajes de la novela de Daniel. Así que Viviana, pensé. Diego anda por la isla y creo que ahora se hizo el carné de allá del país, como el guerrillero argentino antes de su travesía para Bolivia.
Él no quería volver a la isla. Llevaba muchos años sin ver a su familia pero no quería volver, tenía miedo, y evidentemente no le avergonzaba decírmelo. Lo comprendía. Esa supuesta marcha de las antorchas, cada veintiocho de enero, le parecía el gran engaño, la gran mentira en la que tenían maniatadas a millones de personas los dirigentes, la pequeña oligarquía que ordenaba y ejecutaba. Grupito que no pasaba de un millar de militares, Loveremos, Generales y Doctores que ocupaban los más altos cargos y las altas jefaturas del Gobierno, pero ¿el periódico oficial, la única prensa del Estado, informaba? No, y a Mauricio le molestaba e incomodaba ese trabajo de zapa, de zánganos, que hacían los supuestos periodistas, ¿se informa cuando se peca por omisión?... ¿Y si no se desinforma, por qué cuando se habla de los trabajos del poeta José Martí no se mencionan nunca los ensayos y artículos en los que hacía una defensa muy bien elaborada sobre las positividades y grandezas del capitalismo, donde el Estado no tenía por qué tener todo el control de todo? ¿Qué significa, en el fondo y en la forma, tener todo el control? ¿Colectivizar todo el control?... La misma periodista que retrasmitía la marcha de las antorchas decía que nos acusan en los Estados Unidos de estar adoctrinados, y que se trata de una gran Mentira, que no lo estamos, dice la periodista Dánae. Me vino al pensamiento el otro gran poeta Lezama, Dánae teje el tiempo dorado por el Nilo,...
La vi y la escuché. Y las palabras que decía no eran sus palabras, ella repetía, cacofónicamente, lo que le mandaban decir desde la alta dirección del PCC, ¿a eso se le puede llamar periodismo?... Un poco sospechoso ese periodismo. Un periodismo que no informa lo que debe no es sano, no crece, peca por omisión y desinforma. ¿Un periodismo estalinizado?
Me devolvió el libro de Wilson, Hacia la estación de Finlandia. Poderoso. Muy...
Llegamos a la cafetería Barcino, cerca del metro de plaza España. En una de las esquinas había una mesa vacía. Faltaba una silla, pero el camarero desubicó una mesa y trianguló la nuestra.
¿Qué voleu?”
Pedimos un café con leche y ensaimadas. Hacía poco fresco y el comienzo de la primavera ya iba desentumeciendo, poco a poco, las rigideces del invierno.
¿Lo leíste?”
Uffff, cuántas cosas y cuántas trampas de los dirigentes de allá para manipular y tener a la gente como la tienen. Un primo mío, un buen especialista en Medicina Interna, está loco por irse. Dice que venderá la casa con todo dentro y se larga para la yuma. No lo veo mal. Si lo que le pagan allá es un sueldo de indigente, y no le alcanza ni para comprarse un dichoso ventilador, lógico que se quiera largar más de la mitad del país. Es un buen médico, y por mucho que viva y progrese en el capitalismo, yo sé que no se convertirá en un hijo de puta ni tratará a la gente mal, como si fueran basura. Hay la versión difundida de que muchos y muchas de allá son unos fraudes, no estudiaron la carrera por convicción. Y resulta que cuando vas a un hospital para que te atiendan, si no ven que te pueden sacar algo, aunque sea una recarga para el teléfono, te tratan como si fueras un cero a la izquierda, ¿no viste ese video que anda por ahí?... Nuestro socialismo tiene muchas cosas buenísimas, pero por desgracia las pocas malas que tiene superan en mucho, tapan ésas buenas y las ensombrecen, por eso la gente se decepciona, y aunque no sepan decir muy bien por qué o en qué están molestos, se les nota la frustración...”
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Ayer me mandó mi primo un correo que me ha tenido pensando... Eso de las travesías está dejando a muchas familias mal, muchos y muchas llegan, sí, pero ¿y los que no?”
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Un africano altísimo, más imponente que la fama del Himalaya, se acercó a la mesa vendiendo unas figuras. Jirafas, hipopótamos, algo que me pareció un flamenco con su pata levantada. Algunos de los animalitos de madera, otros de algo que semejaba el bambú. ¿Y eso que parecía un manatí, era un manatí o era un rinoceronte?... Por el cuerno en la nariz, uno solo, me decía que se trata de uno asiático, pero la cola, no sé, tipo abanico, parecía la de un manatí. Tuve ganas de preguntarle, pero no quise poner en aprietos al hermano de la tierra de Mandela. Ya bastante le complican la vida en estas tierras del Quijote para encima venir a sofocarlo por una cuestión semántica.
Le compré un hipopótamo. Tres euros. Dijo que le diera lo que pudiera. El martes anterior había pasado por la Agencia para cobrar tres informes. Menos mal que llegué a un buen acuerdo con Silvia. Por desgracia no pude hacer ninguno de los tres positivo, y tuve que argumentarle y reargumentarle a Silvia. Uno de los tres autores laburaba en El Periódico, hacía una reseña de libros por semana. Que no le convenía descartar a esa persona, me dijo. Le respondí que lo que no había que hacer era defender algo absurdamente indefendible, que todas las editoriales del país estaban infestadas y gangrenadas de demasiadísimos realismos mágicos, y gente que llegaba con un imán a un pueblo y convertían las cosas en otros cosos, y que volaban ya no con sábanas al cielo, sino con edredones y mantas cutres, vomitivo todo eso.
No me parecía bien. Y le argumenté que una cosa era que muchos lectores y lectoras no supieran distinguir según qué cosas, pero que por respeto al catálogo de su Agencia, ese paso, esa defensa de ese manuscrito no le favorecía. Que le sugiriera a la autora escribir otra cosa, no sé. El año pasado, esa supuesta novelista chilena estuvo como vocal y jurado en el Premio Casa de las Américas, así por esos caminos avanza nuestra presunta Cultura.
¿Pero no tiene nada de nada que se pueda aprovechar?... ¿Ni un capítulo siquiera para dárselo a una revista, como cuento, para no desanimar a esa muchacha?”
Silvia, otro perro con otro collar será mejor. Que la reescriba completa. Si quieres, enséñale el informe. Si es una persona de verdad leída, y no es una fantasma, entenderá mis pareceres y entrará en razones. Además, es joven, todavía le queda mucho camino por recorrer. Si leyó El rojo y el negro, esa muchacha comprenderá.”
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Salí de la Agencia y sé que le incordió bastante ese informe a Silvia, pero cuando se tomara una tila y se repensara bien mis palabras y volviera de nuevo a leerlo, entendería. Si uno se respeta un poco a sí mismo no debería ceder ante según qué situaciones. No cuando tienes los suficientes argumentos para sostener tu tesis. No hay que tener miedo.
Me mandó el video mi primo. ¿Y todos esos cientos y cientos, desde el principio de la Universidad de La Colina por toda la calle San Lázaro para abajo? ¿Todos ésos habían leído a José Martí? ¿De verdad que lo habían leído y lo habían entendido?... ¿Alumbraban, de verdad, todas esas antorchas o volvían más oscuras e inaccesibles las ideas y defensas del poeta a propósito de la libertad, de lo múltiple, de lo variado?... ¿No dijo que saber leer (discernir) era saber andar (elegir)? ¿Entonces? ¿En qué quedamos? ¿Somos Potencia Cultural o no somos Potencia Cultural, y lo que importa es la esclavitud del parecer y no ser?...
Mauricio tenía ganas de ir y ver a la familia, pero sentía miedo.
Para nosotros, es uno de los países más peligrosos del mundo, Jorge. La gente de acá y de otras partes no lo sabe porque la información que llega de allá es muy poca, y muy tergiversada, pero sí. Todo está astutamente muy bien armado. Y antes del 59 empezó ese trabajo de zapa, la campaña de alfabetización sólo se limitó a enseñar a deletrear a la mayoría, a firmar y leer su nombre, nada más. Luego llegaron los tiempos de regalar diplomas y certificados, y sancionar a los profesores que suspendían a quienes no deberían aprobar, porque Don Conocimiento nunca les entró a esas personas. No basta pasar por la escuela, Jorge, la escuela también tiene que pasar por la persona. Y así fue creciendo la ola de año en año, y lógico que hoy la gente esté aterrorizada de opinar sobre nada y no entiendan de política, y de muchas otras cosas, lógico. ¿Cómo van a saber andar la mayoría, y discernir, si para eso primero hay que saber leer?... Las posturas de los dirigentes son totalmente antimartianas. ¡Ojo!”
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Con muchos eslabones de la cadena no estoy muy de acuerdo con Mauricio, pero no le falta razón en algunos otros puntos. Yo he pensado sobre andamiajes parecidos a propósito de aquella campaña de alfabetización, pero esa labor de zapa que comenta ya empezó desde mucho antes, quizás en el juicio del 53. Ahí ya se le dio alas a la policía, se les inmunizó los diques de su autoridad, y tanto miedo se le empezó a meter a la gente dentro que ahora quienes viven sobradamente bien, y como reyes, son los militares. Pero eso lo sabemos unos pocos, el resto, la plebeyez del pueblo no logra distinguir eso porque no le dejan tiempo para pensar en esas cuestiones. Hay que levantarse cavilando qué se comerá en el día y si se podrá conseguir un poco de aceite para freír un huevo, o si alguien desde fuera puede mandar unos pocos dólares para comprar en las tiendas de la moneda fuerte, en fin, lo que ya saben muchos pero no saben cómo graficarlo con palabras. No hay nada seguro en esta vida, ni siquiera el aire que respiraremos domani estamos seguros de que no vendrá contaminado con miasmas extrañas, en fin.
Me llamó Mauricio al celular,
¿Sí?”
Oye, no te asustes, pero me acaban de avisar de allá… Llevaron a tu amigo Diego para la Comisaría de la Provincia Holguín. Llama y averigua. A lo mejor se puso a decir en voz alta algo que no convenía. Tú sabes cómo se rema en aquella fermosa democracia nuestra.”
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4 comentarios:

  1. No sé qué recoge el periodista, pero imagino que las sensaciones que brotan cuando ven a gente aislada, o, en este caso los ciudadanos que no recibieron la educación que deberían.

    Viajar tiene muchas caras. No todas bonitas. Un abrazo

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  2. "El narrador de la historia despierta los espejos. Un espejo dormido solo es una mala señal para mantener viva la esclavitud"
    Urog

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  3. Conozco al escritor. Otro Kundera está de viaje por el Caribe... Y prende la llama.
    Noemí

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  4. ¡¡Muchas gracias por vuestros comentarios, Noemí y Albada!!! Como tú bien dices, Noemí, Ubaldo es nuestro Kundera caribeño, que pasea bien despierto el espejo de Stendhal a lo largo del camino. Un fuerte abrazo para tod@s

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