A Federico García Lorca
Foto: José Caballero, Secuencia de la caída en el fusilamiento de Federico García Lorca |
qué
ojos tan oscuros me miran desde tan cerca
que
casi puedo palparlos;
qué
dolor de enredaderas sujeta mis brazos,
acuchillados
por este aullido de cuchillos.
Tras
esta noche de perros interminable
me
espera un amanecer de ojos degollados.
No,
no quiero verlos. Llévame contigo
a
pasear por el vientre de la luna; quiero
volver
a nacer en un poema.
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