El Artista pintó a la Gioconda desnuda de cuerpo
entero, revelando su condición de transexual con unos pechos con dianas de
gruesos pezones erectos y un miembro viril tatuado y desmesurado. La crítica
aplaudió aquella “patada al arte académico, conformista, retrogrado y burgués”.
El Artista posó desnudo ante los
periodistas. También se paseó en la carroza de una escuela de samba disfrazado
de astronauta. La prensa especializada lo calificó de audaz y de nuevo enfant terrible del arte contemporáneo.
En la segunda obra de su serie
“Contra Leonardo”, el artista expuso “Día de acción de gracias”, una
reproducción de “La última cena” dibujada al carboncillo a la que le cosió un
pollo decapitado en el espacio en el que debía figurar el retrato de
Jesucristo, un cadáver que se fue pudriendo lentamente. La obra fue calificada
de “manifiesto contra la inmovilidad del arte” y “valiente alegato contra la
hipocresía familiar y el puritanismo”.
El Artista introdujo la
reproducción de una momia egipcia en un tanque de formol. Un millonario
neoyorquino compró el adefesio.
El Artista pidió a su mecánico
de confianza que le regalara el cartón que había colocado sobre el suelo del
taller, con el propósito de que los goterones de grasa que iban desprendiéndose
de los bajos de los autos no embarraran excesivamente el piso. Tras barnizarlo,
enmarcó el cartón en un marco dorado estilo rococó y lo expuso en la Galería.
Un crítico escribió que el Artista “había abolido los cánones” con su
“beligerante vanguardia” y que estábamos en presencia de una obra “original,
profunda y portadora de emociones estéticas”.
Hastiado de tanta imbecilidad, el
artista tomó una de sus deposiciones y la introdujo en un recipiente de formol,
engarzándolo en un relicario medieval. Tituló la obra: “Esto es una mierda”. La
crítica enloqueció, hubo quien creyó ver que el autor jugaba con la doble
acepción del término escatología por las connotaciones religiosas que sugería
el relicario. Para críticos, galeristas, subastadores, marchantes y filósofos
del arte, el Artista se había consagrado.
2
Muchos años después de su consagración, el Artista
sufrió un golpe conceptual del que ya no se repondría jamás. Había regresado a
su casa después de haber clausurado aquella mañana con notable éxito su
exposición de cuerpos humanos mutilados y plastificados, y sin nada mejor que
hacer, se sentó en el sofá a contemplar un documental sobre ornitología que
emitían por televisión. Las imágenes mostraban a las aves de emparrado, unos
pajarillos pequeños y poco vistosos de Nueva Guinea. Los machos se dedicaban a
construir estructuras semejantes a pagodas con ramas y hojas trenzadas,
pequeños palacios adornados con objetos cuidadosamente recolectados, dispuestos
como tapices en el interior de sus construcciones o alrededor de ellas. Las colecciones reunían cientos de conchas de caracol,
hojas, flores, plumas, piedras, frutas pequeñas y hasta pedazos de vidrio y
deshechos plásticos. El ave pasaba horas escogiendo y acomodando su muestrario,
situando cada pieza en su lugar específico. Si un objeto era movido mientras el
ave se ausentaba, el animal volvía a colocarlo en su lugar. La selección de los
objetos, su disposición estética en el espacio, reflejaba el gusto personal de
cada ave y su habilidad para procurarse cosas inusuales en el bosque (llegando
hasta a robar los materiales del emparrado de un macho vecino). Uno de los
pajarillos sentía debilidad por el color azul y su instalación incluía todo tipo de piezas azuladas. Aquella ardua
labor se realizaba con el propósito de seducir a la hembra, que en tiempo de
apareamiento, visitaba un emparrado tras otro, inspeccionando la calidad de las
obras. Los machos con malas demostraciones se quedaban sin pareja.
El Artista se sorprendió a sí mismo con los ojos húmedos,
atónito, maravillosamente humillado. En aquellas composiciones ingenuas había
más verdad y más belleza que la que él había conseguido falsear en la totalidad
de su puñetera obra.
Gracias por publicar mi relato.
ResponderEliminarMil gracias a ti, Héctor, nosotros estamos encantados de publicarte!!!
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