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Foto: www.barcelona.salir.com |
No sé si mi amigo
Guzmán de Holguín estará bien de la cabeza. Él dice que habrá una guerra. Y que
pronto. Le digo que no sea pesimista, pero mi amigo insiste, que sí. Que
quiénes se alistarán en esa guerra, le pregunté.
Me dijo el otro día:
Me dijo el otro día:
"Mira, yo lo he soñado más de
una vez y más de dos."
"..."
"¿No me crees? ¿Te piensas que estoy
loco? ¡Pues te equivocas! No lo estoy. Está claro que pronto se lanzarán a la
calle los que tienen posibilidades y los que no. Los que miran al sol y no le
creen, y los que siguen creyendo que el sol estará ahí toda la vida. Los que se
despertarán seguros de encontrar su plato lleno y los que no estarán seguros ni
siquiera de encontrar el plato. Los que amurallen sus casas por temor, y los
que ya no temerán a nada..."
"..."
"¿Me
oyes? ¿Te piensas que estoy mal de la cabeza? No lo estoy. Lo he soñado muchas
veces y lo estoy viendo. Falta poco. Tiempo al tiempo."
Me fui para casa creyendo que al otro
día se levantaría menos alegre. No sé por qué lo pensé así, que se levantaría
menos alegre y viendo enemigos por todos lados. Luego pensé en Bibiana. Bibiana
decía cosas parecidas, y esos mismos enemigos que creía ver por doquier un día
le asaltaron la cabeza y la sedujeron para que se subiera al terrado y se
lanzara al vacío con el DNI en las manos.
Me acosté pensando en mi amigo. ¿Sería la cantidad de cervezas que se tomó en El Pato Loco? Lo vi tomarse dos nada más. No sé, puede que tuviera otras cosas dentro, no sé. El caso es que últimamente estaba con esos ecos golpeándole por dentro y creo que no sabía cómo quitárselos. No sé si lo sabía, si era consciente de esos ecos. Llamé a Vero.
Me acosté pensando en mi amigo. ¿Sería la cantidad de cervezas que se tomó en El Pato Loco? Lo vi tomarse dos nada más. No sé, puede que tuviera otras cosas dentro, no sé. El caso es que últimamente estaba con esos ecos golpeándole por dentro y creo que no sabía cómo quitárselos. No sé si lo sabía, si era consciente de esos ecos. Llamé a Vero.
"¿Está bien?"
"Sí, ¿pasó algo?... Llegó y se
encerró a escribir una carta, dijo que tenía que mandarla urgente mañana, a
primera hora."
Pero ese día no llegó porque mi amigo
no se despertó nunca. Al lado de las cuatro líneas que había escrito tenía el
DNI. Transcribo esas pocas líneas en honor a mi amigo Guzmán de Holguín. Vero
me ha dado permiso.
"Está cerca y como estamos
dormidos no nos damos cuenta, y ellos, que no son bobos, se aprovechan de que
estamos dormidos. Cuando llegue la hora nadie podrá distinguir a nadie, porque
será de noche y de noche todos los gatos se parecen. Y esa confusión les
convendrá a los enemigos. Falta poco. Yo espero no estar cuando lleguen."
Y al otro día no amaneció.
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