Por la recuperación de la memoria histórica
y la necesidad de combatir al fascismo.
Resuenan ráfagas de disparos, se llevan a los muertos,
con sangre fría los abandonan a la entrada del ocaso
—se retuerce la tierra de dolor, ¡ay mudo dolor del aire!—.
Foto: Boikot, Videoclip de Lágrimas de rabia |
Un relámpago de metralla ilumina la carne, sin
descanso,
se perfila una estirpe de hombres que marchan a la
gloria
y aún sonríen a los verdugos que apuntan con sus
pistolas.
Que vengan, que quiero verlos, quiero ver la sangre,
escuchar sus últimas palabras arropando palomas,
declarando su sencillez a las leyes de la gravedad.
Cuando los pueda ver, al fin, pegaré mis oídos a la tierra
para escuchar los latidos que ahora rondan las cunetas
señalando la sangre derramada a golpe de talón y acero.
En las puntas del tricornio brilla nuestra afilada condena,
obligándonos a errar en una única dirección: la del olvido.
Sin embargo, todavía se imponen los gritos del aire
cuando se acuesta con nuestra memoria enterrada.
Un texto terriblemente duro, pero sin dejar de lado la belleza. Felicitaciones Raul.
ResponderEliminarMariano Contrera
Hola Mariano, muy amable; gracias, me alegro de que te guste. Un saludo
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