Porque no hay poesía festiva, alguien había dicho, pues
quizá sólo del tiempo y de lo irreparable puede hablar.
ERNESTO SABATO, Abaddón el exterminador
(Las dos primeras estrofas, la cuarta y la quinta deberían leerse con marcado acento chileno y la música de Te recuerdo Amanda sonando de fondo)
Foto: Amedeo Modigliani, Desnudo desperezándose |
Ahora me acuerdo. No lo recordaba.
Ni tus muslos sucios ni la almohada
Ni tus muslos sucios ni la almohada
despeinada.
Ahora me acuerdo. No lo recordaba:
la minifalda rota, la mirada turbia,
las botas manchadas del barro de ayer.
Ayer, ayer, ayer…
la minifalda rota, la mirada turbia,
las botas manchadas del barro de ayer.
Ayer, ayer, ayer…
Duermes apaciblemente,
no me atrevo a despertarte,
los dos pezones erguidos
en medio de la barbarie.
en medio de la barbarie.
Y tu sedoso cuerpo, que se despereza
bajo el manto tibio de la desnudez.
Ayer, ayer, ayer…
Es muy duro pergeñar
bajo el manto tibio de la desnudez.
Ayer, ayer, ayer…
Es muy duro pergeñar
versos nostálgicos, ¿sabes?,
cuando el sopor del verano
ya anega la tarde.
El deseo y la tortura
cuando el sopor del verano
ya anega la tarde.
El deseo y la tortura
no se sajan con el viento.
El sabor de tu sonrisa
El sabor de tu sonrisa
me devora como un fuego.
¿Y cómo no decirte “te quiero”
¿Y cómo no decirte “te quiero”
—¡si pareciera tan importante!—
cuando el sopor del verano
ya anega la tarde?
Es posible que para ti
cuando el sopor del verano
ya anega la tarde?
Es posible que para ti
no tenga ningún sentido,
pero ¿por qué buscar
significado al olvido?
En el albor de la aurora,
pero ¿por qué buscar
significado al olvido?
En el albor de la aurora,
tal vez, aún dormite
tu sueño más escondido.
Ay, la magnitud del absurdo,
tu sueño más escondido.
Ay, la magnitud del absurdo,
la sinrazón de estar vivo,
la eternidad de la Nada…
La hermosura de tu rostro
se interpone en la mirada.
El deseo y la tortura
la eternidad de la Nada…
La hermosura de tu rostro
se interpone en la mirada.
El deseo y la tortura
no se sajan con el viento.
El sabor de tu sonrisa
me devora como un fuego.
Dentro de nada estaremos muertos…
El sabor de tu sonrisa
me devora como un fuego.
Dentro de nada estaremos muertos…
Porque la muerte está ahí, serena,
larvada, observando nuestros
patéticos y estúpidos gestos.
Dispuesta a saltar sobre nosotros
larvada, observando nuestros
patéticos y estúpidos gestos.
Dispuesta a saltar sobre nosotros
al más leve movimiento,
presta a desgarrarnos las entrañas
con la voracidad del averno…
Y ya nunca más despertará la noche
en una alborada de crisálidas.
Ay, la magnitud del absurdo,
presta a desgarrarnos las entrañas
con la voracidad del averno…
Y ya nunca más despertará la noche
en una alborada de crisálidas.
Ay, la magnitud del absurdo,
la sinrazón de estar vivo,
la eternidad de la Nada…
La belleza de tu cuerpo
se interpone en la mirada.
Dentro de nada estaremos muertos,
la eternidad de la Nada…
La belleza de tu cuerpo
se interpone en la mirada.
Dentro de nada estaremos muertos,
la luna se oscurecerá de pasión
y retozará con nuestros huesos,
suave, ancestral, livianamente...
Espero no causar más desazón
y retozará con nuestros huesos,
suave, ancestral, livianamente...
Espero no causar más desazón
por la insolencia de quererte.
Sí, el mío es amor insolente,
Sí, el mío es amor insolente,
sin jactancia, con naturalidad,
con la angustia de la muerte,
ulcerado de infelicidad:
un dolor tan atávico y cruel
como lúgubre es mi soledad.
con la angustia de la muerte,
ulcerado de infelicidad:
un dolor tan atávico y cruel
como lúgubre es mi soledad.
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